Historia de las internacionales obreras (IV). La Cuarta Internacional – La defensa del auténtico marxismo

El 3 de septiembre de 1938 se celebró en París la Conferencia Fundacional de la Cuarta Internacional. Participaron 26 delegados en representación de 11 secciones nacionales, de 29 que conformaban la nueva Internacional. Culminaba así un proceso largo y turbulento que se inició con la formación de la Oposición de Izquierda en 1923, impulsada por León Trotsky, para oponerse al proceso de degeneración burocrática del Partido Comunista ruso y del Estado soviético, que el propio Lenin había denunciado poco antes de morir. Esta degeneración fue causada, principalmente, por el aislamiento de la revolución en Rusia, el atraso del país, y la devastación provocada por la guerra mundial y la guerra civil .


¿Qué legado defendemos?
El 3 de septiembre de 1938 se celebró en París la Conferencia Fundacional de la Cuarta Internacional. Participaron 26 delegados en representación de 11 secciones nacionales, de 29 que conformaban la nueva Internacional.
Culminaba así un proceso largo y turbulento que se inició con la formación de la Oposición de Izquierda en 1923, impulsada por León Trotsky, para oponerse al proceso de degeneración burocrática del Partido Comunista ruso y del Estado soviético, que el propio Lenin había denunciado poco antes de morir.
Esta degeneración fue causada, principalmente, por el aislamiento de la revolución en Rusia, el atraso del país, y la devastación provocada por la guerra mundial y la guerra civil

La Oposición de Izquierda
La casta burocrática, encabezada por Stalin, destituyó a Trotsky y sus partidarios de sus cargos dirigentes y, finalmente, los expulsó del Partido Comunista, los encarceló o los envió al exilio. Casi todos ellos fueron luego exterminados físicamente en las purgas de los años 30. La Internacional Comunista (Komintern) no escapó a esta degeneración burocrática. Los partidos comunistas fueron purgados y sus dirigentes nombrados directamente por Moscú.
A partir del 6º  Congreso de la Komintern, celebrado en 1928, la Oposición de Izquierda consigue sus primeros partidarios fuera de Rusia, y se organiza la Oposición de Izquierda Internacional (OPI).
Al principio, la OPI tenía la esperanza de regenerar a la Komintern y el Estado soviético cuando los acontecimientos internacionales y en la URSS reivindicaran sus ideas y perspectivas.
Esta posición fue desechada más tarde, cuando la actuación criminal del PC alemán, con su loca política ultraizquierdista, abonó el golpe de Estado de Hitler en marzo de 1933 "sin romper un solo cristal". No hubo una sola crítica en el seno de la Komintern, mientras que la política de la camarilla burocrática de Moscú llevaba de fracaso en fracaso al movimiento revolucionario internacional.
Trotsky planteó entonces la necesidad de fundar una Cuarta Internacional, superadora de la Tercera Internacional estalinista y de la Segunda Internacional socialdemócrata, que levantara una bandera limpia ante la nueva generación revolucionaria, como genuina heredera y continuadora de las tradiciones revolucionarias y de democracia obrera del bolchevismo y la revolución rusa.

La Liga Bolchevique-Leninista
La OPI pasó a llamarse Liga Internacional Bolchevique-Leninista. Combinó la firmeza en los principios con la flexibilidad organizativa y táctica. Impulsó políticas de frente único con otras tendencias comunistas opositoras para ganar a sus mejores elementos e, incluso, a grupos enteros.
Para salir de su aislamiento y mejorar su composición social, la Liga utilizó la táctica del entrismo en los partidos socialistas, particularmente en sus alas izquierda.
Donde esta táctica fue utilizada (Francia, Estados Unidos, Bélgica, Gran Bretaña, etc.) se obtuvieron buenos resultados y permitió a la Liga abrirse al trabajo de masas. El rechazo a emplear esta táctica en España por consideraciones ultraizquierdistas, aun cuando las Juventudes Socialistas llamaron a los trotskistas españoles a unírseles, tuvo consecuencias trágicas. Las JS españolas, con 100.000 miembros, terminaron fusionándose con las Juventudes Comunistas, y dotó al PC español de una base de masas que no tenía, que utilizó para estrangular la revolución española de 1936-1937.
Las derrotas de la clase obrera en Alemania, Francia y España causadas por las políticas criminales de la socialdemocracia y el estalinismo, en medio del agravamiento de la crisis del capitalismo mundial, hicieron inevitable la II Guerra Mundial.

El Programa de Transición
En este contexto fue fundada la Cuarta Internacional. La idea era construir partidos revolucionarios en el menor tiempo posible, que supieran conquistarse la confianza de las masas para llevar adelante revoluciones socialistas victoriosas.
En la conferencia fundacional se discutió y aprobó uno de los textos marxistas más importantes de todos los tiempos, El Programa de Transición, elaborado por Trotsky. El Programa de Transición rompía con el esquema de tener dos programas diferenciados, máximo y mínimo, para la lucha separada por reformas y por el socialismo, como hacían los reformistas. Planteaba un programa único de consignas transicionales, que vinculaba las necesidades más inmediatas de las masas (salario, empleo, derechos democráticos, etc.) con la necesidad de expropiar a los capitalistas para iniciar la transformación socialista de la sociedad.
Lamentablemente, en 1940, León Trotsky era asesinado cobardemente en México por un agente estalinista. La Cuarta Internacional, recién salida a la historia, fue privada de su principal cabeza pensante y figura más emblemática.
Poco antes de morir, Trotsky planteó que la guerra provocaría una oleada revolucionaria, como ocurrió al final de la I Guerra Mundial en Europa, y que el régimen estalinista no sobreviviría a la misma.

Perspectivas falsificadas
Sin embargo, las perspectivas de Trotsky "fueron falsificadas por la historia", como dijo Ted Grant.
Contra todo pronóstico, la URSS emergió de la guerra como una potencia victoriosa, aunque al precio terrible de 30 millones de muertos. El estalinismo, dentro y fuera de Rusia, fue más poderoso de lo que había sido nunca.
Como Trotsky previó, al final de la guerra se desató una oleada revolucionaria en Europa y Asia, pero fue traicionada por los dirigentes estalinistas y socialdemócratas.
El problema fue que las fuerzas de la Cuarta Internacional eran demasiado débiles para jugar un papel determinante en el desarrollo de los acontecimientos.

La destrucción provocada por la guerra hizo necesario un enorme programa de reconstrucción. Todo esto sentó las bases para el "boom" económico más grande de la historia del capitalismo y el otorgamiento de enormes concesiones a las masas, al menos en los países capitalistas más desarrollados, que suavizaron la lucha de clases en estos países durante un período histórico.

El colapso de la Cuarta Internacional
En aquellos años, privada del consejo de Trotsky, la dirección de la entonces "Cuarta Internacional" quedó totalmente desorientada, y eso marcó el principio del fin de la organización.
Nuestra tendencia, representada en aquellos momentos por la sección británica de la Cuarta Internacional, el Partido Comunista Revolucionario dirigido por Ted Grant,  pronosticó un largo período de democracia burguesa en Europa y dijimos que la Internacional debía sacar las conclusiones y actuar consecuentemente. La dirección de la Internacional tenía la perspectiva de dictaduras bonapartistas en todas partes, guerras y revoluciones. Una postura totalmente equivocada y ultraizquierdista.
Pero la razón principal del aislamiento de la Cuarta Internacional fue la propia situación objetiva. Durante un largo período de tiempo había que luchar contra la corriente. Pero con una política y unos métodos correctos, al menos se podrían haber preservado los cuadros y mantenido unido el movimiento, y haberlo dejado preparado para nuevos progresos cuando la situación objetiva comenzara a cambiar, como de hecho sucedió a fines de los años 60.
Pero los "dirigentes" de la Cuarta Internacional no aprendieron de sus errores, y los profundizaron. De la revolución inminente giraron a la teoría del "aburguesamiento" de la clase obrera en Europa ¡Esto fue en vísperas del movimiento de los trabajadores franceses en mayo de 1968!
En 1965, la sección británica de la Cuarta Internacional fue expulsada por diferencias políticas sobre las tareas en la revolución colonial, y nuestra oposición al coqueteo de la dirección con el guerrillerismo y los métodos del terrorismo individual, que tan nefastas consecuencias tuvo para la revolución en Argentina, Uruguay, y otros países*.
Desde entonces, la historia de la llamada Cuarta Internacional es la historia de las escisiones, las unificaciones, y vuelta a más escisiones. Alejados de las preocupaciones más sentidas por las masas, muchos de estos grupos sectarios adoptaron las posiciones pequeñoburguesas
Sus políticas, tácticas y perspectivas incorrectas les han llevado a un desprestigio general y a que apenas jueguen un papel digno de mención en ningún país. Igualmente, son responsables de que cientos y miles de cuadros y de obreros avanzados en muchos países, se muestren hoy escépticos y apartados de la política activa.

La Corriente Marxista Internacional
Hoy día no queda nada de la Cuarta Internacional, excepto las ideas, los métodos, los programas y las tradiciones de Trotsky y de la Oposición de Izquierda. La Corriente Marxista Internacional está orgullosa de poder exhibir estas ideas, métodos, programas y tradiciones. Nuestra tendencia, a través de la persona del compañero Ted Grant (fallecido en 2006), puede trazar su historia en un hilo directo ininterrumpido, desde los días de la Oposición de Izquierda hasta la actualidad.
Nunca gozó nuestra tendencia de mayor autoridad y extensión internacional como ahora. Y esto es sólo el principio. Libros como Razón y Revolución, Bolchevismo: el camino a la revolución, o Rusia: de la revolución a la contrarrevolución, escritos por Ted Grant y Alan Woods, dirigentes de la Corriente Marxista Internacional, se han convertido en clásicos marxistas de nuestro tiempo.
En cambio, los grupos pseudotrotskistas están desorganizados y desmoralizados, construyendo "partidos revolucionarios fantasmas" en las nubes.
Nos basamos en la defensa de los principios del marxismo revolucionario y en la creación de una organización de cuadros. A diferencia de los grupos sectarios, nuestra tendencia está claramente orientada hacia la clase obrera y sus organizaciones de masas, firmemente enraizada en ellas. Al mismo tiempo, defendemos consistentemente las ideas revolucionarias del marxismo, en todo momento y en su totalidad.
Desde estas páginas animamos a los socialistas revolucionarios de Argentina a que estudien cuidadosamente las ideas de la Corriente Marxista Internacional y se unan a nosotros. Nuestros principales documentos están disponibles para todo aquel que quiera conocerlos en nuestros materiales impresos y en nuestras páginas web: www.marxist.com, www.bloquepopularjuvenil.org

* En el caso de El Salvador dada la gran represión el uso de las armas era necesario dada la enorme represión en décadas como el 70 y 80, bajo la forma de milicias obreras y campesinas subordinadas a las organizaciones de masas de los trabajadores, pero hacemos una diferencia entre la concepción guerrillera que ve como la prioridad a la lucha armada viendo en el mejor de los casos a la clase obrera como un auxiliar de la lucha armada, algo ajeno a los planteamientos del marxismo, la revolución rusa aunque se basó  en una insurrección armada fue prácticamente pacifica porque los marxistas habían ganado a la mayoría de la clase obrera incluyendo a los soldados quienes se sumaron a la revolución o se negaron a defender al gobierno burgués. 

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