Carta a la redacción: A 44 años sin el poeta revolucionario

Roque Dalton, nació un 14 de Mayo de 1935, su madre doña Ana García, su padre don Winnal Dalton, salvadoreña y estadounidense, se unieron para dar vida a uno de los máximos exponentes de la literatura salvadoreña y sobre todo un excelente ser humano, quien solo buscaba libertad para el pueblo salvadoreño.

Hace más de 70 años que dejo sus libros, en los que nos cuenta cada una de sus vivencias en los diferentes países que visitó, cuando fue exiliado cobardemente de nuestro país y otros que fue para prepararse en una carrera universitaria. Roque, para mi es una inspiración, un ejemplo a seguir, no le importó estar lejos de su madre, de su esposa y sobre todo estar lejos de sus hijos, ese tesoro grande que Dios le regala al hombre y más allá de eso es una bendición, quizá sus hijos vayan a estar leyendo esto así como muchas personas, su padre murió con las botas puestas, desde que empezó a leer a Marx cambio su perspectiva y la forma de ver el mundo, interpretó la realidad del Pulgarcito de América de esas épocas y no solo se quedó ahí, dio pasos importantes para que se pudiese trasformar esa cruda realidad vivida por nuestros abuelos, muchos dieron su vida; asesinados vilmente por las balas cobardes de los dictadores militares.

Se casó muy jovencito, algo que fue una decisión muy fuerte para la edad que tenía, desde esta decisión nos enseña la valentía de la cual estaba hecho y nos demostró incontables veces que escribiendo por medio de poemas le hacía críticas que a los millonarios. Su hijo el cineasta don Jorge Dalton, cuenta en un documental hecho por un hermano mexicano, una de las veces que escapó de las autoridades luego de realizar una acción en contra del gobernante en turno. Es tan conmovedor como lo toma y lo mete él al cine para despistar a las autoridades y ponerse a salvo, más adelante le sirvió a su hijo, y ahora es un cineasta.

No solamente dejó un legado  para su hijo Jorge por medio de esa acción, recordemos que en su estancia en Cuba hizo sus funciones como periodista. Don Juan José al igual que su padre es periodista, a quien saludo cordialmente, en el documental que mencioné anteriormente, hay una imagen que ha quedado grabado en la retina de este servidor, al ver esas lágrimas de don Juan José por lo que ha hecho su padre y ningún gobierno pueda reconocerlo; la Fiscalía no ha hecho grandes avances para esclarecer ese martirio, incluso la palabra martirio le queda poco, ellos solo piden que se haga justicia.

En el Playón, lugar donde presuntamente están sus restos, solo es piedra volcánica y así como piedra está el nombre de él en el pensamiento de muchos, cuando lo oyen mencionar solo se quedan viendo unos con otros y dicen quién es ese hombre o quien fue él, los gobiernos no han ayudado para que este nombre no se pierda y su legado siga expandiéndose.

Escribió un poema en su obra “Un libro Rojo para Lenin” pag. 23, titulado “en 1957 yo vi a Lennin en Moscú”, dice: “para los campesinos de mi patria quiero la voz de Lennin, para los proletarios de mi patria quiero la voz de Lennin…” Yo les digo ahora, para el proletario salvadoreño quiero el poema de Roque, para los campesinos salvadoreños quiero el poema de Roque, para los asesinados quiero el puño de Roque, así mantendremos la voz de Roque Dalton, poniendo en práctica los pasos de la Revolución salvadoreña como los describe en su libro Monografías de El Salvador, en los que hace el llamamiento a que el pueblo salvadoreño con la vocación de luchador salga y libere esa guerra contra los opresores, así podremos cumplir el sueño de él.

No iba a quedarme sin mencionar a sus asesinos, esos ineptos y retrogradas que por envidia y decir la verdad lo asesinaron, ahora están gozando de muchos privilegios, uno es director de un ente de gobierno, pero ya se le acabó, y el otro en una universidad estadounidense, contra los que supuestamente se estaba luchando, pero así es el mundo de loco.

Espero que algún día pueda existir una universidad con su nombre, en vez de llamarse cinco de noviembre (un grito que de nada sirvió porque ese cherito, el cura Delgado, como lo llama en sus Historias Prohibidas del Pulgarcito, solo estaban viendo sus intereses económicos y no los del pueblo, esa calle debe llamarse calle Roque Dalton, lugar donde nació y vivió. Espero que con la llegada de este nuevo gobierno pueda tomarse en cuenta y sus obras sean leídas en todos los niveles educativos. Ser revolucionario no es pecado, como lo han hecho creer durante muchos años.

Compañero Roque, en el día de su natalicio, hace frio pero se vive…

Para la Libertad de El Salvador… quiero un Poema de Roque.

 

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