Recorte a los subsidios: ¿Es esta la solución?

Estos días, miles de hogares tendrán la sorpresa del aumento en el monto de su factura eléctrica, fruto de la nueva focalización a los subsidios que está ejecutando el Gobierno del FMLN.  Esto ha caído como un balde de agua fría.  Parece que el recién aumento al salario mínimo se verá opacado.  Da la impresión que servirá para pagar estos nuevos costos que tendrán miles de familias salvadoreñas.


Estos días, miles de hogares tendrán la sorpresa del aumento en el monto de su factura eléctrica, fruto de la nueva focalización a los subsidios que está ejecutando el Gobierno del FMLN.  Esto ha caído como un balde de agua fría.  Parece que el recién aumento al salario mínimo se verá opacado.  Da la impresión que servirá para pagar estos nuevos costos que tendrán miles de familias salvadoreñas.

El pasado 8 de febrero, el Gobierno aprobó una nueva forma de calcular el monto del subsidio que se reflejará en un aumento en el pago de la factura eléctrica a partir del mes de marzo.  En este caso todo mundo se verá afectado, ya no se trata de depurar sino que será general para los casi 1 millón de familias que recibimos este beneficio desde hace varios años.

La nueva forma indica que para los hogares que consumen menos de 60 Kwh el subsidio será máximo de $3.00, y para los que consumen hasta 99 kwh será de $4. Este subsidio se ha ido recortando a través del tiempo. Antes se les daba a quienes consumían menos de 200 kwh, después se mantuvo solamente para los que consumían menos de 99 kwh. En septiembre del año pasado se hizo una revisión donde se informó acerca de la “depuración” de 148,000 usuarios (15% del total)  quienes comenzaron a pagar la factura completa, y además se les quito el subsidio al gas a más de 30,000 familias. 

La situación de iliquidez del Gobierno comenzó a ser notoria a mediados del año pasado, agravada por la imposibilidad de conseguir más préstamos por la correlación en la Asamblea Legislativa (AL). Donde el partido de derecha ARENA tiene más diputados (35), seguido por el FMLN (31) y el resto se distribuye entre  los  otros   tres   partidos  de   derecha. Ninguno tiene la mayoría simple y por lo tanto todos están obligados a buscar aliados. 

Buscar cambios a través del parlamentarismo es ir cuesta arriba. A no ser que se tenga la mayoría simple (43 diputados), algo muy difícil pero no imposible.  Siempre y cuando se tenga una política que permita ganarse el apoyo masivo del pueblo. Recordemos que en 1985 el PDC obtuvo la mayoría en el parlamento, es de aclarar que se da en el contexto de la guerra y se puede presumir que hubo un arreglo para garantizar la gobernabilidad en el marco del proyecto contrainsurgente.

Esta insolvencia del Gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén se hace más notoria con la falta de pago a proveedores, el caso que más llama la atención son los paquetes escolares (útiles, zapatos y uniformes) para estudiantes de básica y educación media, que se paga, en muchas ocasiones, hasta casi con un año de atraso a los micro y pequeños empresarios. También, a las distribuidoras de energía eléctrica se les comenzaron a atrasar el pago (subsidio) desde julio del año pasado, y a la fecha se les adeuda un monto aproximado de $53 millones. Este subsidio representa unos $120 millones al año.  Además el Fondo De Desarrollo Económico Y Social (FODES) que es una trasferencia que se hace a las municipalidades, se ha atrasado y al mes de febrero se debía un aproximado de $23 millones.

La conclusión es bastante obvia, el Gobierno está quebrado y si no se resuelve esta situación podemos
llegar a un escenario caótico.  Parece que la negación de ARENA a ratificar más préstamos tiene implícito el objetivo de desprestigiar al Gobierno y obligarlo a tomar medidas de ajuste.  Vemos como hipócritamente los diputados de derecha hacen una conferencia de prensa donde piden al Gobierno no quitar subsidios. Todos sabemos que en muchas ocasiones han expresado lo contrario. Esta es una actitud típica electorera que siempre han tenido estos partidos. Se suma a esto, el comportamiento de la Sala de lo Constitucional que ha sacado resoluciones dañinas para las finanzas públicas. 

La petición del Gobierno a través del secretario técnico de la presidencia, Roberto Lorenzana, al FMI (Fondo Monetario Internacional) para que colabore en trabajar un pacto fiscal es muy significativa, esto es como pedirle al diablo que te ayude a liberarte de los demonios que te están atormentado. El documento para El Salvador del artículo IV de 2016 es claro con la visión y recomendaciones de este organismo financiero del capitalismo mundial.  Propone disminuir el déficit fiscal tomando medidas que incluyen, entre otras cosas, aumentar el IVA al 15 %, implementar el impuesto predial, reformar el sistema de pensiones en el sentido de aumentar la edad de jubilación y las contribuciones que dan los futuros pensionados, en otras palabras, reconocen que el sistema de pensiones privatizado está en crisis y como solución, consecuente con su pensamiento neoliberal, recomiendan medidas que castigan a los asalariados. En general, la visión del FMI es mantener niveles macroeconómicos sanos a costa del sufrimiento del pueblo.

Vale la pena citar algunos párrafos de este documento: “El Salvador sigue registrando un crecimiento significativamente menor que el de los países vecinos, en un contexto de escasa inversión, emigración elevada, baja competitividad e impasse político. El crecimiento del PIB promedió un 2 % a lo largo del período 2000–14: muy inferior al promedio regional de América Central, del 4.5 %.

Los bajos precios del petróleo contribuyeron a que el crecimiento y la cuenta corriente mejoraran en 2015, con un nivel de inflación bajo. El PIB aumentó un 2.5 % en 2015: superior al aumento del 1.5 % registrado en 2014, respaldado por el crecimiento sostenido de Estados Unidos, el crecimiento sólido de las exportaciones al resto de América Central y el estímulo proveniente de los bajos precios del petróleo. La inversión también aumentó de manera significativa. La inflación fue levemente negativa (-0,7 %). El déficit de cuenta corriente se redujo en 1.5 puntos porcentuales y se ubicó en un 3.5 % del PIB”. [1]

El histórico bajo crecimiento económico es uno de los talones de Aquiles de la economía salvadoreña, si bien es cierto ha mejorado a partir del 2015, pero más adelante se explica que esto se puede ver opacado por una ralentización de la economía de los Estados Unidos, a la cual estamos estrechamente vinculados, y también por el posible aumento de los precios del petróleo a nivel internacional.

El Gobierno está entre la espada y la pared, prácticamente no tiene margen de maniobra. Por supuesto que esto es cien por cien correcto si se atiene únicamente a las leyes burguesas y sus instituciones. Buscar diálogo con la burguesía es la peor política que puede hacer el Gobierno del presidente Cerén, lo que tendrán es más presión para implementar políticas antipopulares tal y como lo hemos visto últimamente con los subsidios. Creer que esto solucionará los problemas de liquidez del Gobierno es una tontería, basta con hacer una simple operación matemática para verlo.  Por ejemplo si suponemos que son 1 millón de beneficiarios y a todos se les descuenta $4.00 dólares, entonces el Gobierno se ahorrara cuatro millones mensuales que al año equivalen a $48 millones. Cuando solo a las distribuidoras de electricidad se les adeuda más de $50 millones. 

El reformismo de izquierda está llegando al tope, en toda América Latina vemos como el péndulo está girando hacia la derecha.  Brasil con la destitución de Dilma; Venezuela donde el movimiento Bolivariano ha perdido mucha de su base electoral;  Argentina con la llegada del neoliberal Mauricio Macri al Gobierno. Muchos de estos gobiernos de izquierda se han visto en la necesidad de hacer recortes  y en algunos casos implementar medidas que atacan los niveles de vida de los trabajadores. Esto nos demuestra la imposibilidad de reformar el capitalismo. Si bien es cierto, los dirigentes reformistas que llegan a ocupar puestos gubernamentales tienen un pensamiento progresista lleno de buenas intenciones para ayudar al pueblo, en la práctica se topan con una resistencia férrea tanto del aparato gubernamental como de la burguesía y el imperialismo que esperan que el Estado burgués sirva a sus intereses.

Las políticas reformistas no tienen mucho sentido en un país como El Salvador, pobre, sin recursos naturales y pequeño en territorio. Lo que lograrán a la larga los dirigentes del FMLN será desprestigiarse ante el pueblo con la consecuencia lógica de la vuelta de la derecha al Gobierno. Lo que se necesita es una política revolucionaria que permita ganarse el apoyo de nuestro aliados naturales, todos los explotados por el sistema, solamente así podemos derrotar cualquier intento de desestabilización de la derecha y avanzar en la transformación revolucionaria de la sociedad.



[1]Fondo Monetario Internacional. (2016). CONSULTA DEL ARTÍCULO IV DE 2016. 30 marzo 2017, sitio web: http://www.mh.gob.sv/portal/page/portal/PMH/Documentos_O_M/Fondo_Monetario_Internacional/Documentos/2016/FMI_CONSULTA_DEL_ARTICULO_IV_DE_2016_EL_SALVADOR.pdf               

 

 

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