¡Que la crisis la paguen los culpables, los capitalistas!

La crisis capitalista comienza a sentirse en nuestro país es por eso que el gobierno en turno trata de salvaguardar los intereses de la clase a la que representa, la burguesía; y lo hace realizando un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 500 millones de dólares, los cuales inyectó el Estado a la banca privada local. En un inicio de la negociación de este préstamo provocó divisiones entre la burguesía industrial y los banqueros porque algunos economistas empezaron a especular que los fondos que inyectaría el Banco Central de Reserva (BCR), se concentrarían directamente en los bancos privados y en unas cuantas empresas grandes, pero éste conflicto se detuvo, dada las declaraciones “conciliadoras” de la presidenta del BCR Luz María de Portillo a los medios televisivos asegurando que el préstamo sería destinado a la banca e instituciones financieras para préstamos a los diferentes sectores.

La crisis capitalista comienza a sentirse en nuestro país es por eso que el gobierno en turno trata de salvaguardar los intereses de la clase a la que representa, la burguesía; y lo hace realizando un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 500 millones de dólares, los cuales inyectó el Estado a la banca privada local. En un inicio de la negociación de este préstamo provocó divisiones entre la burguesía industrial y los banqueros porque algunos economistas empezaron a especular que los fondos que inyectaría el Banco Central de Reserva (BCR), se concentrarían directamente en los bancos privados y en unas cuantas empresas grandes, pero éste conflicto se detuvo, dada las declaraciones “conciliadoras” de la presidenta del BCR Luz María de Portillo a los medios televisivos asegurando que el préstamo sería destinado a la banca e instituciones financieras para préstamos a los diferentes sectores.

La crisis capitalista comienza a sentirse en nuestro país es por eso que el gobierno en turno trata de salvaguardar los intereses de la clase a la que representa, la burguesía; y lo hace realizando un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 500 millones de dólares, los cuales inyectó el Estado a la banca privada local. En un inicio de la negociación de este préstamo provocó divisiones entre la burguesía industrial y los banqueros porque algunos economistas empezaron a especular que los fondos que inyectaría el Banco Central de Reserva (BCR), se concentrarían directamente en los bancos privados y en unas cuantas empresas grandes, pero éste conflicto se detuvo, dada las declaraciones “conciliadoras” de la presidenta del BCR Luz María de Portillo a los medios televisivos asegurando que el préstamo sería destinado a la banca e instituciones financieras para préstamos a los diferentes sectores.

La demanda de los sectores productivos se multiplicó como uno de los primeros efectos de la crisis, sobre todo el sector de la construcción que pidió al gobierno y a la banca 350 millones de dólares para aliviar su situación. Mientras 13 mil empleados han sido ya despedidos en ese sector de acuerdo a estimaciones de la Cámara Salvadoreña de La Construcción (CASALCO).

A pesar de todo esto no sería extraño ver los intereses mezquinos de los consorcios constructores como el grupo Roble y su brazo inmobiliario el grupo Poma, pidiendo financiamiento para echar andar sus proyectos sin arriesgar su dinero acumulado. 

El presidente Saca trata de convencer al pueblo de que su gobierno es serio, responsable y macroeconómicamente sano, inyectando 500 millones de dólares al sistema financiero para cuidar los intereses de la burguesía ante la crisis económica a costa de mayor endeudamiento de la población.  

El gobierno a través del Banco Central de Reserva está comprando cartera crediticia a los bancos privados y a cambio estos recibieron fondos del BID para “colocarlos” en forma de créditos para los sectores productivos. 

La tasa de referencia que pone el BCR es del 11.5% para otorgar créditos. Los fondos se han distribuido así: 113.4 millones de dólares destinados al sistema bancario lo que representa el 28.4% del préstamo, un 56.6% a la industria manufacturera, el 36.6% al sector comercio y un 2.9% a la construcción a pesar de que es el sector más golpeado por la crisis, un 2.7% para el sector servicios, 1.4% para el agro y 0.3% para el transporte. 

La Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA) asegura que ante un posible deterioro de las carteras de crédito debe restringirse el flujo de recursos a los sectores productivos. Según la encuesta de Dinámica Empresarial realizada por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), la contracción de crédito a privados alcanzó un saldo negativo del -8% a septiembre de 2008, por lo cual los banqueros dieron un aleluya  por la llegada de los 500 millones otorgados por el BID. 

El Banco Interamericano de Desarrollo, es el más grande saqueador para América Latina, se financia con jugosas donaciones de países imperialistas como EEUU por lo cual no está al margen de la crisis y ha experimentado pérdidas de 1,900 millones de dólares en la crisis hipotecaria. Auditores externos han determinado que el banco ha rebasado los riegos razonables y el senado de EEUU pedirá cuentas al BID.  Mientras tanto Saca hace negocios con estos banqueros especuladores que están cayendo en la bancarrota.

Es evidente que toda medida paliativa que busquen los banqueros y el gobierno para salir de la crisis solo será una llamarada de tusa y hará la crisis más extensa y violenta.  

Mientras los banqueros y empresarios se llenan los bolsillos con los fondos que le da el gobierno a los 13 mil desempleados del sector construcción hay que sumarle los 10,000 desempleados de los sectores de la maquila textil y habrá que ir sumando más afectados cuando la crisis en EEUU se traduzca en menos pedidos textiles por las medidas proteccionistas que impulsaran, lo cual provocará una reducción en la demanda y eso podría llevar incluso a cierre de empresas. 

Con este préstamo solo se logrará afectar el bolsillo de los salvadoreños porque empezarán a realizar recortes al gasto social para pagar la deuda externa. La mano invisible del Estado se mete al bolsillo de los trabajadores para dar una millonaria recompensa a los banqueros y empresarios ¡Esta es la lógica retorcida del sistema capitalista! Solo ofrece miseria, desempleo y explotación a las mayorías y rescata a unos cuantos. Debemos unirnos y luchar contra esos que quieren cargar la crisis sobre los hombros de los más pobres.

¡Por la nacionalización de los bancos y empresas bajo control de los trabajadores! 

19 de febrero de 2009

 

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