No solo es la corrupción, es el capitalismo. La lucha se extiende por Centroamérica

«Estamos cansados del robo de nuestra educación, nuestra salud, y el robo de nuestra dignidad» (Manifestante en la movilización del 16 de mayo en Guatemala). “Tengo una amiga que tiene cáncer de seno y después de haber cotizado 20 años en el Seguro Social le dijeron que no le podían dar el tratamiento. ¿Usted cree que esto no provoca en uno un sentimiento de impotencia, ante tanta injusticia y tanta impunidad?” (Gabriela Blen, coordinadora de Oposición Indignada en Honduras) «No es raro encontrarse con ladrones que predican contra el robo para que los demás no les hagan la competencia». (Miguel de Unamuno).

 

«Estamos cansados del robo de nuestra educación, nuestra salud, y el robo de nuestra dignidad» (Manifestante en la movilización del 16 de mayo en Guatemala). “Tengo una amiga que tiene cáncer de seno y después de haber cotizado 20 años en el Seguro Social le dijeron que no le podían dar el tratamiento. ¿Usted cree que esto no provoca en uno un sentimiento de impotencia, ante tanta injusticia y tanta impunidad?” (Gabriela Blen, coordinadora de Oposición Indignada en Honduras) «No es raro encontrarse con ladrones que predican contra el robo para que los demás no les hagan la competencia». (Miguel de Unamuno).

 

A finales de la primavera se han desarrollado movilizaciones, particularmente de jóvenes, en algunos países de Centroamérica. La demanda central de estas es la lucha contra la corrupción de los diferentes gobiernos como el hondureño, el guatemalteco y panameño. Estas movilizaciones han sorprendido a propios y extraños en los diferentes aparatos burocráticos e incluso a intelectuales de izquierda quienes no han sabido interpretar lo que hay detrás de estas movilizaciones. Algunos dicen que la juventud está luchando por tener un gobierno más democrático y con funcionamientos transparentes. Nada más falso. Los jóvenes y trabajadores están luchando contra la burla, la explotación y saqueo de los gobiernos. La lucha contra la corrupción no es más que un accidente que está sacando a las masas centroamericanas a las calles y poniéndolas en sintonía de las diferentes movilizaciones a nivel internacional contra la crisis capitalista, por tratar de poner un freno a esta loca espiral que sepulta el futuro de millones de jóvenes en la región.

El caso Guatemala

El día 16 de mayo más de 60 mil guatemaltecos salieron a las calles atiborrando la plaza de la constitución. El día 20 otros miles volvieron a la lucha. Estas movilizaciones de los trabajadores, la juventud y organizaciones sociales han llegado a representar las manifestaciones más importantes después de que se firmaran los acuerdos de paz en el ‘96. El resultado directo de la lucha es que ha caído la vicepresidenta del país, la corrupta Baldetti, se han detenido a 22 altos cargos por casos de corrupción y se ha abierto la posibilidad de que el presidente Otto Pérez pueda perder su inmunidad para ser juzgado por corrupción.

La lucha se desata

Como siempre sucede, los intelectuales de izquierda tienen una visión sesgada de las luchas, no puede ser de otra forma, no comprenden la manera de pensar de las masas. Ellos dicen que esta lucha que está sacudiendo los poros del país centroamericano es por la democracia y el reforzamiento del estado de derecho.

Algunos otros más avispados dicen que lo que el pueblo quiere es que el presidente caiga para instaurar otro gobierno. Siempre sucede que las masas oprimidas salen a la lucha sabiendo lo que no quieren pero no tienen muy claro lo que quieren. En el camino van encontrando, a partir de su experiencia, el derrotero de su historia, si bien las manifestaciones han comenzado contra la corrupción, las causas son más profundas que esto, la rabia y frustración son por las condiciones de violencia, hambre y explotación capitalista.

Las manifestaciones que comenzaron por un escándalo de corrupción en los órganos de gobierno, particularmente dentro de la Superintendencia de Administración Tributaria, donde una mafia de corruptos y rateros denominados “La Línea” han defraudado de forma millonaria al gobierno. El 16 de abril la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) –órgano fundado y administrado de forma directa por el imperialismo americano– dio a conocer esta investigación. Los actos de corrupción eran a varios niveles: “Esta estructura jerarquizada incluía desde tramitadores y técnicos administrativos encargados de la inspección aleatoria de los contenedores –conocidos como vista– hasta el jefe y exjefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), Omar Franco y Carlos Muñoz, respectivamente. “La organización, según la CICIG, estaba dirigida por el secretario privado de la vicepresidenta Roxana Baldetti, Juan Carlos Monzón Rojas, quien se encuentra prófugo y tiene una orden de captura internacional” (Guatemala: La vicepresidenta Baldetti se va, pero las protestas siguen, Revista Proceso, 15 de mayo).

La respuesta fue inmediata, al siguiente día se convocaron movilizaciones vía internet y se esperaba una manifestación pequeña. Sin embargo, la respuesta fue impresionante, algunos miles se congregaron a las puertas del palacio de gobierno pidiendo la destitución de los acusados. El tinte que se quería dar a esta primera movilización era apartidista, envuelta en un lenguaje rebuscado, se planteaba la lucha por la democracia y contra la corrupción pero sin mencionar ninguna palabra contra el gobierno. Sin embargo, al momento que se comenzaron a integrar estudiantes de la Universidad de San Carlos, organizaciones campesinas indígenas y sociales, trabajadoras, etc., el ambiente fue cambiando y las consignas también.

La segunda manifestación se realizó el primero de mayo, día internacional del trabajo. Organizaciones sindicales agrupadas en la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), estudiantes universitarios de escuelas públicas y privadas, y organizaciones sociales tomaron nuevamente las calles con movilizaciones masivas desde diferentes puntos de la ciudad. La consigna más coreada entre los trabajadores y la juventud era la renuncia de los gobernantes corruptos.

La crisis del gobierno

La respuesta del gobierno del presidente Pérez Molina ha sido en un primer momento el desconcierto, en un segundo el entregar algunas cabezas menores y en estos últimos días se está tratando de deshacer de todo el peso muerto antes de que el barco se hunda. La primera respuesta era de esperarse dado que la corrupción en Guatemala es prácticamente un deporte nacional, tanto gobiernos de izquierda reformista (Álvaro Colom) como de derecha practican gustosamente el robo descarado de las arcas del gobierno –léase: impuestos que pagan los trabajadores y campesinos–.

Este gobierno de Pérez es sucesor del de Álvaro Colom, denominado de izquierda, que se vio envuelto en escándalos de corrupción. Desde su toma de protesta el presidente Pérez Molina y la vicepresidenta Baldetti dieron muestra clara de qué tipo de gobierno iban a conformar y para quién gobernaría. Él, un hombre vinculado al ejército guatemalteco y jefe de la escuela de Kaibil –cuerpo de élite del ejército utilizado en la lucha contra la guerrilla y el pueblo en general, reconocidos a nivel internacional por la brutalidad con la que actuaban–, ella, competidora en concursos de miss Guatemala, dueña de salones de belleza y spas. Dos ejemplares de la estirpe dirigente criolla.

Una vez en el gobierno comenzaron imponer a incondicionales en los ministerios más importantes, donde los recursos están más a la mano. La inclusión de Carlos Mazón en el cuerpo más cercano del gobierno, con todos sus antecedentes, nos dan una viva imagen de la gente corrupta en que se han apoyado. Monzón es una fichita del crimen, acusado de robo de autos en la capital y el asesinato de un policía, ahora es uno de los grandes millonarios del país. Dentro de sus bienes se incluye una lujosa mansión de 850 mil dólares, en la capital del país, otra en la playa, valorada en más de un millón de dólares y unas cuantas fincas más que dan la suma de más de 2.2 millones de dólares.

Se puede decir que las declaraciones de La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) fueron el accidente que desbordó la acumulación de contradicciones entre las masas guatemaltecas y que ha hundido al régimen en una crisis de credibilidad. El gobierno, al verse envuelto en el escándalo y viendo la lucha en las calles, torpemente dio el segundo paso, meter a la cárcel a 22 funcionarios incluyendo al ex titular de la SAT; hay varios prófugos, entre ellos el ex secretario privado de la ex vicepresidenta Baldetti, Juan Carlos Monzón.

Con estas detenciones se quería cubrir con una hoja de parra las miserias del régimen. Pero los trabajadores y la juventud no son tontos, la movilización del primero de mayo no sólo fue contundente, sino clara en el sentido de manifestar su repudio a todo el gobierno, y particularmente a la vicepresidenta, la cual, a pesar de todas sus influencias y dinero, tuvo que renunciar el 8 de mayo. Es lógico que el presidente Pérez quisiera cubrir a su íntima, todo el gobierno es un nido de ratas con una larga cola que pisarles; perfectamente saben que si uno cae y es enjuiciado, el acusado podría “cantar” todo lo podrido que se esconde tras los órganos institucionales.

La crisis ha afectado al partido de la Vicepresidente, el Partido Patriota, pues su candidato presidencial, Alejandro Sinibaldi ha renunciado –vinculado directamente al sector empresarial guatemalteco– por el vínculo tan enlodado que hay entre los desfalcadores y corruptos y el partido. Esto mismo ha provocado un éxodo masivo de candidatos del PP al partido Libertad Democrática Renovada. El conflicto ha causado una división en el fuerte lazo de unión del gobierno guatemalteco y parte de la casta empresarial guatemalteca. Esto es a todas luces un acto desesperado de la burguesía guatemalteca para no hundirse con el gobierno patriota, pero también quieren lavarse la cara ante cualquier vinculación con la corrupción, sin embargo, no lo pueden lograr. Hay líneas de investigación que ligan por lo menos a un millar de empresarios vinculados a los actos corruptos de La Línea. Es claro que la burguesía está retirando su apoyo a un gobierno que se hunde y lo deja a su suerte.

El caso hondureño

El caso hondureño es aún más escandaloso. Aquí lo que ha salido a la luz es la utilización de los fondos del Instituto Hondureño del Seguro Social (IHSS) para financiar la campaña presidencial del actual presidente Juan Orlando Hernández y su Partido Nacional. Esto dejó en estado crítico el sistema de seguridad social el cual no tiene recursos para operar de forma regular ni de satisfacer los medicamentos de los trabajadores. Hay informes de la prensa que hablan de 2800 fallecidos del 2010 a la fecha por falta de recursos para atender a los demandantes.

En mayo pasado comenzó a salir la información sobre estos actos escandalosos. Igual que en Guatemala y otros países como México, los diferentes representantes de la burguesía son cínicos y rateros, no es para sorprenderse, dentro del capitalismo la obtención de riqueza, “salga de donde salga” es aceptable para ellos. No les importa desfalcar las instituciones como la seguridad social o hacienda, el caso es que están ahí encumbrados en el poder y es de suponer que se tienen que hacer ricos mientras que gobiernan para los ricos. Esto es parte de la “real política” institucional.

Esta información ha sido aprovechada por los diferentes partidos de oposición burguesa para desatar una campaña contra el gobierno de JOH, desde el Partido Liberal, el Anticorrupción, Innovación y Unidad, hasta Libre han utilizado la coyuntura para tratar de pedir elecciones anticipadas y que se instaure un órgano de control internacional anti corrupción. Estos partidos plantean que la corrupción se tiene que combatir reforzando al estado de derecho y endureciendo los códigos penales de sanción, también están planteando que los organismos internacionales, como la ONU, pueda intervenir en la vigilancia anti corrupción. Lógicamente que su planteamiento es que el portador de la corrupción mayor es el Partido Nacional. En un primer momento este escándalo se trató de dirimir en negociaciones serenas entre los representantes de los diferentes partidos, sin embargo cuando la noticia salió del pequeño círculo y las masas comenzaron a movilizarse, los diferentes referentes políticos trataron de forma inmediata de escamotear la lucha. Todo comenzó con un intento de presiones inter burguesas sin embargo esta crisis política ha llegado a las calles.

La lucha en las calles

Esta crisis inter-burguesa rápidamente tomó cuerpo en las calles, particularmente entre los jóvenes los cuales no han dejado de movilizarse prácticamente desde principios de año, cuando en las universidades se dio una revuelta estudiantil contra la iniciativa que quería aumentar 5 minutos más la hora de clases. Estas movilizaciones desembocaron en la organización de un pliego petitorio más amplio en el cual pedían mejoras en la infraestructura educativa, bonos estudiantiles, becas, ampliación de horarios del transporte público, etc. Estas movilizaciones de marzo y abril dejaron claro cuál es el ambiente entre la juventud, Honduras es uno de los países más violentos del continente americano, particularmente por problemas de drogas y represión política. La pobreza es una lacra lacerante, de 8 millones que viven en el país casi 6 millones se consideran pobres, de esos 6, más de 4 están en pobreza extrema.

Todos los gobiernos burgueses después del golpe de estado del 2009, de la crisis económica internacional han aumentado los ataques a todos los niveles. Los niveles de vida son unos de los que más han disminuido en Centroamérica, la criminalización de la protesta social es brutal, se siguen utilizando métodos como el asesinato para terminar con enemigos políticos, etc. Esta es la base sobre la que descansa las movilizaciones estudiantiles de marzo y abril y las marchas de las antorchas ahora mismo. La lucha contra la corrupción solo ha sido un accidente que vuelca nuevamente a la juventud a las calles a luchar, no solo por la salida del presidente corrupto, sino para cambiar sus condiciones de vida.

Las marchas de antorchas han ido creciendo de forma espectacular, algunos dicen que las últimas movilizaciones han sido de más de 20 mil los presentes solo en la capital del país. Aunque particularmente Libre ha querido ponerse a la cabeza hay una resistencia de diferentes sectores para que esto suceda, hay un ambiente apartidista, de clara desconfianza hacia los representantes de los partidos y a sus modos de operar y resolver las cosas. Los jóvenes y trabajadores han luchado en el Frente, después en Libre y no han encontrado una dirección a la altura. No quiere decir esto que lo van abandonar. Pero, particularmente la juventud, no se siente muy atraída por los aparatos burocráticos que siempre dejan la lucha para después en aras de negociaciones y puestos de gobierno.

Una similitud en las movilizaciones

Igual que en Guatemala, ahora en Honduras, el sector que más acude a las movilizaciones son los jóvenes. No podría ser de otra forma. La juventud es la que está cargando con la parte más pesada de esta crisis orgánica del sistema capitalista en esta región de América y del Mundo. En diferentes países estamos viendo este mismo despertar de los jóvenes, en Suramérica vimos las movilizaciones en Chile contra la Reforma Educativa y en México la lucha el #yosoy132 y después por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Pero esto no para aquí. En realidad estas movilizaciones en países latinos se inspiraron de las movilizaciones en Egipto y Túnez, la toma de la plaza Sintagma en Grecia y sus más de 30 huelgas generales, los movimientos de los Indignados en el Estado Español, eso mismo se contagió a EEUU y surgió el Occupy Wall Street, y un largo etcétera.

Es una movilización a nivel internacional que en cada país surge por accidentes determinados pero que todos tienen de trasfondo la incapacidad del capitalismo por poder brindar un futuro digno a la juventud. También hay otras similitudes. Esta nueva generación que sale a la lucha no carga sobre sus espaldas las derrotas del pasado. Es gente muy joven que está dispuesta a llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias sin embargo no hallan una alternativa en los partidos tradicionales de la izquierda reformista. No se sienten atraídos, por ahora, en el caso de Guatemala por la URNG o en Honduras por Libre. Su lucha es desinteresada y honesta, sin embargo carecen de una dirección efectiva para poder triunfar. El caso de Guatemala es bastante emblemático esto.

Quien estaba orquestando las movilizaciones es un órgano formado por el imperialismo americano, la CICIG. En las últimas semanas este organismo dependiente de la ONU ha ganado mucho apoyo entre la juventud, se le ve como un organismo que está dando una verdadera lucha contra la corrupción. Los desacuerdos entre el gobierno de Otto Pérez y este órgano no son nuevos, en realidad comenzaron desde el 2013 cuando sucede el juicio al ex dictador y genocida Ríos Montt; mientras que el gobierno de Pérez Molina lo exculpó, la CICIG mantuvo una posición crítica Este hecho tensó las relaciones. Aunque el presidente ha tenido que dar marcha atrás en su intención de no solicitar más la intervención de la CICIG –este año se terminaba su funcionamiento oficial pero el gobierno ha pedido que siga funcionando–, y bajo presión del imperialismo americano pero particularmente de las movilizaciones, esta organización aún seguirá funcionando. Este conflicto que podemos ver entre los órganos del imperialismo americano y el gobierno no es porque unos sean más santos y otros corruptos, en todo caso son conflictos de intereses para ver quién se lleva la mejor parte del botín: los recursos económicos y materiales de Guatemala.

El jefe de la CICIG, el colombiano Iván Velásquez, se expresa así: “La CICIG se compromete con el Estado y con la sociedad a realizar todos los esfuerzos en el apoyo a las aspiraciones guatemaltecas por la consolidación de sus instituciones; ofrecer análisis coyunturales a través de informes temáticos; formular propuestas de reformas normativas que permitan consolidar instituciones; continuar con la persecución penal que desarrollamos hombro a hombro con el Ministerio Público… La justicia reivindicará a la sociedad en su misión de la construcción” (Siglo XXI 24/04/15).

Cuando hablan de instituciones se refieren a perfeccionar el Estado, órgano de represión de los ricos para mantener sometidos a los pobres, y se comprometen con mantener el dominio del gran capital y mantener a raya cualquier lucha por terminar con la miseria, ignorancia y violencia. En Honduras el Partido Liberal es el que está sacando más tajada de las movilizaciones. Sus declaraciones están siendo las más duras contra el gobierno corrupto. Incluso Libre se ha quedado por detrás en un discurso más conciliador e institucional.

La lucha contra la corrupción pasa por la lucha contra el capitalismo

La corrupción no es la enfermedad sino un síntoma, uno de tantos, de los que crea esta sociedad en donde el dinero pesa más que cualquier otra cosa y donde tener más riqueza es el símbolo del poder. Marx decía que el capitalismo no podría haberse fundado si no es sobre la base de la corrupción, robo y asesinato. En la acumulación originaria esto es lo que prima para que los ricos de hoy hayan conseguido su capital inicial.

Mientras que el ala de la burguesía liberal se queja de la corrupción y pide mano dura contra ella, su solución es el fortalecimiento del régimen judicial y carcelario: que existan sanciones más duras y, si acaso, un poco de transparencia. Alardean sobre la necesidad de inculcar valores de ética y moral. A eso se reduce la “lucha contra la corrupción” de la burguesía y sus aliados.

Para los marxistas la corrupción es intrínseca a la ideología capitalista, el individualismo, la lógica del capital que invita a la acumulación de la riqueza pues ésta es la que define qué papel puedes jugar en las esferas del poder. Esto lleva implícito el conseguirla sin importar si es de una forma legal o ilegal. Se podría decir que la propiedad privada, el individualismo y la corrupción se mueven como una sola pieza en el capitalismo. Dentro de este sistema la corrupción y el robo son «un mal necesario al efecto de hacer dinero».

Es por esto que sostenemos que luchar contra la corrupción no pasa por tener comisiones de control estatal o plantear campañas de moralidad y honestidad, sino por terminar con el sistema que crea las condiciones del individualismo, la codicia y la miseria. Si luchamos contra el capitalismo también estaremos luchando contra la violencia y la desigualdad.

Construir una dirección revolucionaria

En ambos países, y en toda Centroamérica, la necesidad de buscar una alternativa al capitalismo es fundamental. La historia de estos pueblos está unida por tradiciones, historia y aspiraciones. Fueron las diferentes burguesías locales las que dividieron el cuerpo centroamericano para facilitar el dominio de los pueblos. Ahora vemos precisamente a que se refiere este dominio, son burguesías corruptas, asesinas y rateras que están bajo las órdenes del imperialismo americano que les dicta la agenda que hay que seguir en cada caso.

Las luchas contra la corrupción son verdaderos estallidos genuinos de rabia e indignación contra el poder despótico de las oligarquías locales. Estos cínicos creen que pueden hacer lo que quieran con nuestros recursos económicos y naturales, incluso con nuestra vida. Tienen, en cada país varios partidos que representan los intereses de la gran burguesía, se organizan, no solo de forma regional sino internacionalmente para implementar sus políticas anti obreras y campesinas.

Nuestra tarea, la de los jóvenes y trabajadores no solo está en depurar de saqueadores este Estado, sino de terminar con él. Para esto se necesita un partido revolucionario, una palanca que pueda guiar a la clase obrera y la juventud en esta lucha, que acumule las experiencias de las luchas pasadas y actuales, las internacionales y que pueda en su momento estar a la altura del despertar revolucionario de nuestros pueblos.

Las luchas actuales son un presagio de movilizaciones aún mayores, como los acotamientos revolucionarios del 2009 en Honduras contra el golpe de estado, los estudiantes y la juventud están mostrando el camino a los obreros y campesinos que saldrán a la lucha y harán temblar el régimen de opresión actual, pero de lo que se trata no es de hacerlo temblar sino derrocarlo y al mismo tiempo construir una sociedad socialista. Únete a la CMI y lucha con nosotros por construir esa palanca que cambie al mundo, el partido de la revolución mundial.
Fecha:
1 de agosto de 2015

Deja un comentario