La asistencia del GOES a la toma de posesión de JOH es la claudicación ante la política imperialista de los EE.UU.

Lenin explicaba que el desarrollo más alto del capitalismo conllevaba a que este se trocara en imperialismo, lo cual se da a través del control monopólico de ciertos grupos de capitalistas. El imperialismo, como una de las características inherentes del capitalismo como tal, conlleva al dominio político y económico de naciones industrialmente más débiles interfiriendo en su vida política y económica.

Una tras otra, la incesante sed de dominio

De nadie es desconocida la política imperialista que ejerce los Estados Unidos de Norteamérica, sus constantes intromisiones en muchos países, no solo los del medio oriente son prueba fehaciente de esto. Sin que nos vayamos muy lejos, toda persona que realice un análisis retrospectivo de Centroamérica, logrará observar como EE.UU. ha interferido en reiteradas ocasiones en los países de la región, por ejemplo, en la época de la guerra civil en El Salvador, EE.UU. jugó el papel central en el financiamiento y adiestramiento militar de la Fuerza Armada salvadoreña con el objetivo de mantener el régimen denigrante. En el 2009 también se vio envuelto en el golpe de Estado realizado a Manuel Zelaya en Honduras, por representar un “mal ejemplo” para las demás naciones de la región, esto por el intento de realizar algunos cambios (Intento del referéndum, aumentos salariales, etc.) que podrían afectar intereses de imperialistas. Como consecuencia del golpe se estableció a Micheletti como presidente de facto por órdenes directas de los Estados Unidos de Norte América.

Lo suscitado en Honduras solo es un ejemplo de que la clase dominante no permitirá ningún intento de cambio del status quo, aunque esto provenga de un Estado aparentemente “progresista” y que no tenga ningún aparente vínculo con la ideología revolucionaria, lo cual sí representaría un verdadero problema para la clase dominante. El miedo de los burgueses no se asienta solamente en la oportunidad que representa el progreso de un país, puesto que el progreso para ellos es solamente permisible siempre y cuando vayan encaminados bajo sus intereses de clase. El miedo de la burguesía también se ostenta en el “peligroso” intento de permitir la opinión de las masas, puesto que esto es en lo absoluto algo difícil de controlar y podría desencadenar en una intervención masiva de las masas en la toma de decisiones importantes de un país y  desencadenar un efecto dominó (réplica) en los demás países “atrasados”, que claramente intentarían replicar el ejemplo y dejarían de ser “el patio trasero” de EE.UU.

En Honduras han pasado ocho años desde el golpe de Estado, en el que hubieron dos periodos electorales y 3 presidentes, el primero de facto a raíz del golpe y el los otros dos a través de las urnas, que nada nos puede quitar la oportunidad de mencionar que fueron fraudulentas,1 dando como ganador (en dos ocasiones) al dictador Juan Orlando Hernández (JOH). JOH, pasando por encima de la Constitución de Honduras, se postuló como candidato a la presidencia para ser reelegido. El 26 de noviembre de 2017 se realizaron las elecciones en el vecino país, las cuales en los primeros momentos del conteo de votos, daban como cabeza a Salvador Nasralla de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, el cual cuenta con el respaldo del presidente derrocado en 2009. Los resultados preliminares eran alentadores para el pueblo hondureño, con un 57 % de las mesas escrutadas, y con un margen de hasta 5 puntos porcentuales, posicionaban a Nasralla por sobre el usurpador JOH, hasta que, como un as sacado de la manga, un paro eléctrico se presenta y al regresar a la normalidad un par de horas después ¡zas! el conejo sale del sombrero del “mago” y el conteo se inclina bruscamente a favor de JOH, una hazaña raramente vista en una situación tan delicada como lo es la elección de un presidente, pero esto no fue una situación fortuita como lo han querido presentar los medios de comunicación de la clase dominante ¡fue un descaro en su máxima expresión! El fraude se había realizado y abrió paso al descontento generalizado de las masas hondureñas exigiendo el respeto a su voluntad expresada en las urnas, y como reacción se desato una represión cruenta por parte del gobierno dictador y asesino de Juan Orlando.

El gobierno del FMLN y su claudicación ante el Imperialismo

Mientras el pueblo hondureño resistía dicha represión, en El Salvador el presidente Salvador Sánchez Cerén se hizo presente ante la Asamblea legislativa, tal como lo ordena la Constitución de nuestro país, con el objetivo de solicitar los permisos correspondientes para realizar visitas diplomáticas a varios países (una de sus tantas funciones como cabeza de la nación), lo cual fue aprobado en plenaria legislativa del mismo día con 44 votos a favor, no sin desencadenar críticas de algunos “padres de la patria”, sobre todo de la facción de derecha (ARENA), alegando que esta ha sido una de las pocas veces en que el actual presidente ha acatado la orden constitucional.

El presidente, en su visita a salón azul, dejo detalladamente establecido en que consistían las visitas diplomáticas que en su mayoría son para asistir a tomas de posesión de sus homólogos de otros países, y para la sorpresa e indignación de muchos revolucionarios una de ellas era ¡la toma de posesión de JOH en Honduras! Estos permisos fueron reprochados por los diputados de la derecha, quienes se manifestaron principalmente porque en dichas visitas no había ninguna agendada hacia Estados Unidos, pero callaron absolutamente ante la visita que realizara el 27 de enero del presente año a la toma de posesión del gobierno ilegitimo de JOH, que basado claramente en un fraude electoral, demuestra que le importa poco la decisión del pueblo hondureño. JOH está dispuesto, a base de represión y muerte, prestarse a los intereses del imperialismo norteamericano, y la claudicación del GOES (Gobierno de El Salvador)  ante el juego imperialista solo es una expresión de la timidez de la política reformista que está de moda en Latinoamérica y de la cual no está excepto el gobierno del FMLN.

Una mancha que no se borrará fácilmente: consecuencias de una postura claramente contrarrevolucionaria

El cinco de enero, un par de días antes de presentarse a la asamblea legislativa el presidente, el GOES ya había sentado una postura, había declarado que aceptaba el triunfo de Juan Orlando Hernández sobre Salvador Nasralla en Honduras, justo un mes y medio atrás era todo lo contrario, el GOES mostraba un rechazo rotundo ante la declaración como ganador de JOH, situación distinta a la de su homólogo nicaragüense que en años anteriores se vio ligado en relaciones con el presidente de Honduras pero que no reconoce el gane de este en las nuevas elecciones. Esta situación vacilante y repentina, semejante a una película de suspenso, deja mucho que desear hacia el GOES que aclama ser de “Izquierda” por el partido político FMLN y más doloroso aún se autodenomina “revolucionario”, el cual ha ganado los dos últimos periodos presidenciales (2009 y 2014) y despierta muchas interrogantes. Preguntémonos: ¿tendrá este cambio repentino, algo que ver con la decisión de EE.UU. de dar el mayor plazo de “prorroga” del TPS de la región a El Salvador? Como todo buen sucesor, el imperialismo guarda muchas artimañas de su antecesor y sobre todo las mejora.  La clase dominante de este logra sus propósitos con base a “acuerdos” que supuestamente benefician de igual manera a las partes integrantes, algo que no es en lo absoluto cercano a la realidad, el beneficiado siempre será el burgués. Por lo tanto, no es descabellado imaginar que existe la relación antes mencionada en el cambio de opinión del GOES.

El reconocimiento del gobierno ilegitimo de JOH como algo “legítimo” de parte de los demás países, surge de una necesidad imperante de los EE.UU., puesto que la inestabilidad política actual en Honduras representa una afectación en los intereses comerciales del país imperialista en mención.

De concretarse la visita del presidente Salvador Sánchez Cerén  a la toma de posesión de Juan Orlando Hernández, aunque al momento de la escritura del presente artículo, según Eugenio Chicas (secretario de comunicaciones de la presidencia) el presidente no asistirá a dicha toma de posesión, pero si se enviará un delegación 2, algo sospechoso que se de esta información hasta 8 días después de la solicitud de permisos del presidente. Esto sin lugar a dudas dejará una mancha nada fácil de borrarse de la memoria del pueblo del hermano país Honduras. El Gobierno de El Salvador cargará sobre sus hombros el peso de las decenas de muertes ejecutadas bajo las órdenes de JOH para silenciar a un pueblo con sed de cambio y que exige se respete su decisión. La visita en la toma de posesión marcará un momento particularmente importante, puesto que no será recordado solamente por los hondureños, será también para los salvadoreños un hecho de incoherencia y traición a los ideales revolucionarios. El GOES, debe reconocer que tras este hecho, caerá sobre sí, un manto de desprestigio y muy posiblemente de rencor por parte de cualquier verdadero revolucionario que identifique que este ha caído bajo el juego y la táctica cruel de la tiranía imperialista.

El Gobierno de El Salvador, efectuando la visita antes mencionada, sea quien sea el delegado que se presente en la toma de posesión, no se ha puesto a pensar que está dando el tiro de gracia a una crisis política cada vez más aguda en nuestro país, al mismo tiempo que da la espalda a miles de hondureños que lo único que buscan es la mejora de sus vidas y en parte la dignificación de una población que sufre en la actualidad algo que ya hemos pasado en El Salvador en épocas anteriores; el gobierno salvadoreño indudablemente olvida los procesos históricos y retrocede a pasos agigantados.

¿Más de lo mismo? ¡Es reformismo!

La pasividad invita a la agresión. Pasividad, timidez, conciliación de clases de gobiernos “revolucionarios” indica claramente la tradición reformista heredada de la degeneración estalinista. Este tipo de actitud no hace más que invitar a la agresión de parte de países imperialistas, el ceder ante la imposición del presidente ilegitimo de Honduras, permitirá que EE.UU. ratifique lo que tanto tememos: el hecho de que lo que hoy sucede en Honduras, un poco más adelante puede suceder en cualquier otro país de la región centroamericana. Bajo la idea de poder servir a dos señores, que no es más que servir a los opresores, se intenta hacer creer una relación igualitaria entre países, nada más erróneo que lo anterior, esto lo único que demuestra es la incapacidad o la poca intención de instaurar un sistema distinto al capitalismo, sirviendo y trabajando fielmente en la teoría del “socialismo por etapas” en lugar de una postura verdaderamente revolucionaria como la ¡REVOLUCIÓN PERMANENTE!

¿Cómo debe actuar un partido revolucionario? El desconocimiento del gobierno ilegítimo y la lucha por el socialismo

La diferencia entre un revolucionario y un “sectario” como  prefería utilizar Trotsky para referirse a pseudo revolucionarios, es que el primero, luego de realizar un análisis de un problema o acontecimiento que afecta a las masas, está obligado a presentar propuestas de solución, mientras que el segundo se limita a la simple crítica, reservándose, o más bien absteniéndose de presentar soluciones, con lo cual se convierte en alguien o en un sector poco de fiar, a razón de que fácilmente sucumbe ante las adversidades.

Habiendo aclarado lo anterior: respondamos a nuestra pregunta ¿Cómo debe de actuar un partido revolucionario? Ya lo hemos mencionado antes, lo principal es que el partido revolucionario debe mostrar una postura firme y consecuente, primeramente, incitando a la participación de las masas y concretando el respaldo de estas a un programa revolucionario. El respaldo de las masas solo se puede lograr demostrando que el partido representa la mejor y más viable alternativa en la consecución de un mundo distinto y verdaderamente humano.

Entonces: el GOES debe mostrar su total repudio y desconocimiento del gobierno ilegítimo de Honduras no enviando bajo ninguna circunstancia a alguien como representación del mismo a la toma de posesión del dictador y asesino Juan Orlando Hernández, de igual manera debe corresponder la lucha del pueblo hondureño incentivándole a no abandonar la lucha que actualmente se desarrolla en las calles hasta derrocar al usurpador JOH y de esta manera no dejar en la impunidad y en el olvido la sangre derramada en la búsqueda por un futuro mejor.

Luchemos por el socialismo iniciando con la construcción de una internacional obrera, la clase obrera debe apoyarse mutuamente entre sí demostrando el internacionalismo que profesa el verdadero Marxismo olvidando así los límites imaginarios que el sistema actual interpone. Estableciendo lo anterior, la clase obrera será imparable. como diría Marx, solo esta puede emanciparse a sí misma, perdiendo lo único que puede perder: “sus cadenas”, la instauración de esta internacional obrera significará el primer paso, el siguiente debe ser la lucha por una federación socialista centroamericana.

 


1. Para mayor información visitar El socialista centroamericano: https://elsoca.org/index.php/america-central/hondu/4569-honduras-cronicas-de-un-fraude-electoral-anunciado

2. Retomado de Diario El Mundo: http://elmundo.sv/sanchez-ceren-no-asistira-a-toma-de-posesion-de-juan-orlando-hernandez/

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