Honduras: El régimen recurre a la represión. Insurrección en los barrios obreros

Tomadas por P. CarbajalAyer por la mañana, la policía y las fuerzas armadas atacaron violentamente a miles de seguidores del presidente hondureño Mel Zelaya y les echaron de manera violenta de los alrededores de la embajada brasileña en la capital Tegucigalpa. Sin embargo, esta brutal represión no aplastó la decisión de la clase obrera hondureña de resistir contra el golpe de estado.

Tomadas por P. CarbajalAyer por la mañana, la policía y las fuerzas armadas atacaron violentamente a miles de seguidores del presidente hondureño Mel Zelaya y les echaron de manera violenta de los alrededores de la embajada brasileña en la capital Tegucigalpa. Sin embargo, esta brutal represión no aplastó la decisión de la clase obrera hondureña de resistir contra el golpe de estado.

Tomadas por P. CarbajalA primeras horas del martes, 22 de septiembre, la policía y las fuerzas armadas atacaron violentamente a miles de seguidores del presidente hondureño Mel Zelaya y les echaron de manera violenta de los alrededores de la embajada brasileña en la capital Tegucigalpa. Zelaya fue destituido por un golpe militar el pasado 28 de junio y durante 86 días los trabajadores, campesinos y jóvenes han mantenido un movimiento heroico de resistencia contra el régimen golpista encabezado por Micheletti. Para sorpresa de todos, Zelaya consiguió en secreto entrar al país y buscó refugio en la embajada brasileña el lunes 21 de septiembre, desde donde hizo un llamamiento a la población para que acudiera a protegerle.

Decenas de miles de personas lo han estado celebrando fuera de la embajada, a pesar de que el régimen de Micheletti y la oligarquía habían decretado un toque de queda en todo el país, que se aplica desde el lunes a las 4 de la tarde y se ha ampliado hasta las 6 de la tarde del miércoles. La llegada de Zelaya galvanizó las fuerzas del movimiento de resistencia y fue un desafío directo a la autoridad de los golpistas. No podían mantenerse quietos. Aprovechando el hecho de que muchos manifestantes ya se habían ido a casa, justo antes de las 6 de la mañana, cientos de hombres armados de la policía antidisturbios y del ejército, con vehículos acorazados, gas lacrimógeno y munición real, atacaron a las 5.000 personas que aún estaban fuera de la embajada. La represión fue brutal y finalmente echaron a las personas que quedaban, sus esfuerzos de resistencia fueron aplastados por una fuerza superior.

 

Más de 200 personas fueron detenidas y llevadas al estadio Chochi Sosa, unas escenas que recuerdan a las que se vivieron en el Estadio Nacional en Chile tras el golpe de estado de Pinochet. Hay noticias de 80 personas llevadas al hospital y dos muertos, aunque no se han confirmado y en medio de la represión, el bloqueo de los medios de comunicación y el toque de queda, es difícil conseguir información fiable.

Hoy la situación sigue extremadamente tensa fuera de la embajada. La policía y el ejército ocuparon todos los edificios que rodean a la embajada, provocando el rumor de que iban a asaltar el edificio diplomático y asesinar al presidente Zelaya, para después decir que se había suicidado. No hay duda de que el régimen de Micheletti es capaz de eso, pero probablemente retrocedieron ante las posibles consecuencias internacionales de este tipo de acción.

No obstante, esta brutal represión no acabó con la voluntad de la clase obrera hondureña de resistir el golpe de estado. Siguiendo la instrucción dada por el Frente Nacional de Resistencia, hubo manifestaciones de masas y barricadas en todos los barrios obreros de la capital y protestas similares se repitieron en las principales ciudades de todo el país. También hay noticias de manifestaciones y protestas en las comunidades rurales más pequeñas. La lista de lugares donde la población resistió la represión, desafiaron el toque de queda y en algunos casos echaron a la policía y el ejército es larga.

El Frente de Resistencia Nacional informó de manifestaciones en las siguientes zonas obreras de la capital: Colonia La Canadá, 21 de febrero, Nueva Era, Víctor F. Ardón, El Reparto, Centro América Oeste, Villa Olímpica, Colonia El Pedregal, El Hatillo, Cerro Grande, Barrio Guadalupe, Barrio El Bosque, Colonia Bella Vista, Barrio El Chile, El Picachito, La Cantera, Colonia Japón, El Mirador, La Finca, Alto del Bosque y Barrio Buenos Aires. En muchas de estas zonas se levantaron barricadas para evitar la entrada del ejército y la policía. Según noticias de Radio Globo, en San Francisco la población saqueó y ocupó la comisaría de policía.

Tomadas por P. CarbajalTomadas por P. CarbajalLa situación se repitió por todo el país, con noticias de manifestaciones y enfrentamientos con la policía y el ejército en Guadalupe, Tocoa, Colón, Trujillo, Tela, Triunfo de la Cruz, San Juan Tela, Cortez, San Pedro Sula, Progreso, Choloma, Santa Bábara, Copan, Lempira, Intibuca, La Esperanza, La Paz, Marcala, Comoyagua, Siguatepeque, El Zamorano, Paraíso, Comayaguela, Choluteca y Zacate Grande entre otros.

Un miembro de la dirección de la resistencia describió la situación como de "insurrección" en los barrios obreros y pobres de la capital. Esta extensión de la resistencia se está produciendo a pesar del bloqueo casi total de los medios de comunicación que existe en el país donde todos los medios ignoran las manifestaciones de protesta con la excepción de Radio Globo y Canal 36. El Frente de Resistencia están convocando una manifestación para el miércoles 23 de septiembre, a partir de las 8 de la mañana en las afueras de la universidad.

Mientras tanto, el régimen de Micheletti intentaba demostrar fuerza con una rueda de prensa en la que participaron representantes de la principal organización empresarial, COHEP, que prometió darle todo su apoyo. No obstante, la unidad del régimen dependerá de lo asustado que esté por el movimiento de masas. Sectores importantes de la clase dominante ya están considerando la posibilidad de intentar llegar a un acuerdo con Zelaya para evitar el derrocamiento total del régimen golpista. Las condiciones que Micheletti ha planteado (Zelaya no será presidente, debe aceptar la legitimidad de las elecciones del 29 de noviembre convocadas por el régimen y será juzgado) evidentemente no pueden ser aceptadas por Mel Zelaya y están diseñadas principalmente como una provocación.

Los golpistas y la clase capitalista hondureña están bajo una enorme presión. La crisis revolucionaria ya ha provocado pérdidas multimillonarias a sus empresas y algunos pueden comenzar a preguntarse cuanto más pueden resistir. Sobre todo, temen que si Micheletti mantiene una posición terca entonces una insurrección popular les eche a todos a un lado.

Tomadas por P. CarbajalTomadas por P. CarbajalLas próximas horas y días serán decisivos. Las estructuras del Frente de Resistencia en los barrios y localidades han demostrado su capacidad de mantener la movilización y en algunos casos expulsar de sus barrios a las fuerzas represivas. Hoy la batalla será por el control de las principales ciudades de la capital. Esos comités de acción deben ampliar sus tareas y hacerse cargo del funcionamiento de la vida cotidiana en estas zonas. El ejército ha ocupado la Empresa Nacional de Energía (ENEE) y ha cortado la electricidad y agua en muchas zonas. Los sindicatos de los trabajadores de esta empresa junto con los comités de resistencia en los barrios deben garantizar el restablecimiento del suministro.

La manifestación hoy probablemente sufra una dura represión del ejército y la policía. Los organizadores, a través de los comités de barrio del Frente, deberían establecer piquetes para defenderlos y si es necesario y factible luchar. Se debería hacer un llamamiento a las filas del ejército en las líneas de lo que hizo Zelaya hace un par de días: "no disparéis al pueblo, volved vuestras armas contra vuestros oficiales". Los soldados corrientes del ejército hondureño también son hijos de la clase obrera y de los pobres. Sus familiares y amigos deben hacer una campaña de propaganda sistemática y convencer a los soldados de que su destinado está con el pueblo, no con la oligarquía. Sin embargo, en última instancia, lo que romperá el ejército y derribará al régimen será el hecho de que los trabajadores, los campesinos y los pobres sean los verdaderos amos de la situación, a través de manifestaciones en las calles, barricadas y una huelga general insurreccional.

  • ¡Viva la lucha del pueblo de Honduras!
  • ¡¡Abajo la dictadura de Micheletti!
  • ¡Abajo la oligarquía!
  • ¡Manifestaciones de masas, huelga general e insurrección nacional!

 

23 de septiembre de 2009.

 

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