Carta de un joven obrero salvadoreño

En la edad cuando debería estar estudiando entendí que las palabras explotación del hombre por el hombre no solo son palabras, hoy las vivo en carne propia así como otras cosas que había leído y visto o que en ocasiones nos habían contado. La explotación de la burguesía ya la sienten mis huesos, mis músculos, 12 horas laborales diarias sin parar, eso es lo que me toca vivir.


Recibimos esta carta de un compañero que trabaja para una empresa privada, no mencionamos el nombre del compañero por medidas de seguridad del compañero mismo y llamamos a los demás trabajadores a que nos escriban y puedan comentar de cómo es el diario vivir de los trabajadores, campesinos y explotados en general. Comité  de redacción Militante BPJ.

Encrucijada de mi juventud
Muchos jóvenes como yo en múltiples ocasiones nos preguntamos como estudiar o trabajar ¿Cuál es nuestra alternativa?
Las presiones materiales nos hacen tomar una decisión y sin vacilar optamos por trabajar.
En la edad cuando debería estar estudiando entendí que las palabras explotación del hombre por el hombre no solo son palabras, hoy las vivo en carne propia así como otras cosas que había leído y visto o que en ocasiones nos habían contado. La explotación de la burguesía ya la sienten mis huesos, mis músculos, 12 horas laborales diarias sin parar, eso es lo que me toca vivir.
Es complicado saber que sales de tu casa sin ver el sol y cuando llegas tampoco esta. Eso solo dignifica que tu vida se la dedicas al trabajo pero ¿donde queda todo el tiempo que le debería dedicar al estudio, a la recreación, a la familia?
Ahora entiendo mas al obrero cuando no tiene las fuerzas para leer un libro o simplemente disfrutar con sus hijos, esta agotado y solo quiere descansar porque el siguiente día tiene que volver a trabajar, el problema no queda solo en eso sino que el bajo salario que obtengo por mis fuerzas de trabajo es una miseria y lo peor me descuentan mi uniforme y buscan mil maneras mas para que mi cheque aparezca de pocas cifras.
Entonces me pregunto ¿Dónde queda todo mi esfuerzo diario? ¿Dónde quedan todas las ganas que le pongo a mi trabajo?, un compañero me dice: “es que si no pusiéramos de acuerdo, es que si todos los trabajadores nos uniéramos haríamos grandes cosas. PERO es que si yo hablo me van a despedir, si digo algo me pondrán un reporte, mejor no vale la pena, no quiero perder mi trabajo”
Estas palabras yo no las leo o me las cuentan hoy las vivo, pero yo se que los obreros podemos hacer cosas grandes como “tomarnos el cielo por asalto”, en esta sociedad no se enciende un foco, no gira una rueda no se contesta un teléfono sino es por el amable permiso del obrero.
El patrón es un simple administrador pero los obreros somos las fuerzas vivas de esta sociedad.
¿Qué falta entonces? ¿El factor subjetivo? Mi conciencia, esto no solo radica en mis buenos deseos que todo cambie, radica en que tenga la voluntad de que mis ideas se materialicen pero también en el factor subjetivo que necesito una herramienta y eso es una dirección, en todo caso serian los sindicatos y el partido de los trabajadores (FMLN) pero hoy como obrero me pregunto ¿Dónde están esas herramientas, en que me pueden ayudar a que mis condiciones de vida mejoren? Creo que si en verdad se lucha por un cambio el FMLN debe apoyarse en los trabajadores que los llevamos al poder y que debe romper con la propiedad privada nacionalizando las industrias claves de la economía.      

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