PROBLEMAS DE LA VIVIENDA EN EL SALVADOR

El reciente incidente que se dio en Santa Tecla, con el desalojo de la comunidad Las Palmeras, que fue frenado por una orden judicial, deja en evidencia uno de los problemas que afectan a la población salvadoreña, sobre la vivienda en El Salvador.


El reciente incidente que se dio en Santa Tecla, con el desalojo de la comunidad Las Palmeras, que fue frenado por una orden judicial, deja en evidencia uno de los problemas que afectan a la población salvadoreña, sobre la vivienda en El Salvador.

 
Y es que el problema de la vivienda abarca una serie de desafíos que el trabajador tiene que evaluar, por ejemplo, la ubicación del inmueble, el precio, lo burocrático de los trámites, las altas tasas de interés, y uno de los requisitos más problemáticos: las primas de los inmuebles que oscilan entre el 3.5 y 10 % del valor de una casa nueva. En la mayoría de los casos vemos como los trabajadores pagamos precios altos por las casas gracias a los créditos otorgados por el banco, y luego de plazos largos, hasta de 25 años, el inmueble adquirido lo hemos pagado hasta cuatro veces más de su valor original.
 
Una buena parte de casos los trabajadores quedan doblemente endeudados al tener que hacer prestamos extras para pagar la prima de la vivienda otorgada, muchas veces en manos de agiotistas que son aves de rapiña para créditos al 10 % mensual. Las enormes ganancias van desde la gran acumulación de tierras y claro todo acompañado con la especulación de los precios para conseguir las máximas ganancias.
 
Engels en 1873, en su obra Contribución al Problema de Vivienda,  escribía lo siguiente: “Lo cierto, sin embargo, es que hoy existen en las grandes ciudades edificios suficientes para remediar enseguida, si se les diese un empleo racional, toda verdadera penuria de la vivienda”.
 
Las inversiones que hace una de las instituciones más representativas del sector es el FSV, por ejemplo, durante la gestión del presidente Mauricio Funes se prometió construir 25,000 mil viviendas, más estas metas no son alcanzadas con solo la asignación del presupuesto a la institución.
 
Bajo el capitalismo se construye con base en el lucro de las empresas constructoras, no como debería ser la satisfacción de la vivienda a la población trabajadora. Se construyen casas que son inaccesibles para los trabajadores cuyos salarios en planilla escasamente superan el salario mínimo o son equivalente o debajo del mínimo. Es esta otra maniobra para afectar a los trabajadores por parte del sistema, las empresas colocan el salario mínimo en planilla y los posibles aumentos o pagos extras las empresas lo pagan en concepto de viáticos o bonificaciones que terminan no reflejadas como un ingreso real y constante en las planillas de las AFP e ISSS. ¿Cómo un trabajador podrá comprar una vivienda para su familia al contado? Si ni siquiera logra cubrir los gastos de los artículos de primera necesidad.
 
En el gobierno de la profundización de los cambios del presidente Salvador Sánchez Cerén, el FSV en su página anuncia una inversión de 123.3 millones de dólares, con lo cual se espera generar créditos para unas 6,400 personas, algo que desde ya se considera insuficiente.
 
Una de las primeras medidas que debería tomar nuestro presidente, en este periodo de la profundización de los cambios, es sacar del negocio de la construcción de viviendas a todas las empresas y bancos del mercado. Proponer un nuevo modelo que deberá estar orientado a la satisfacción de las necesidades de vivienda de la población, seguido de un plan de construcción y someterlas a un alquiler que no supere el 20% del salario mínimo. Paralelo a esto, impulsar otras medidas como poner un régimen de alquiler para todas las viviendas que ya están construidas y que no poseen dueños por lo elevado de sus precios, este régimen de alquiler que tampoco debería superar el 20% del salario mínimo. Si los propietarios de las constructoras se niegan al régimen de alquiler, deberán ser nacionalizadas en primera instancia, o expropiadas en última instancia. Así mismo debe nacionalizarse o expropiarse todos los terrenos en manos de las compañías que construyen viviendas.
 
Claro todas las medidas mencionadas anteriormente generaran una lucha contra los capitalistas ya que son altas las ganancias que de este sector obtienen. Tenemos que ser francos, el gobierno del FMLN debe romper con el capitalismo y su modelo neoliberal y poner en marcha un programa que beneficie a los trabajadores del campo y la ciudad, ya que los ricos jamás darán nada gratis, lo que necesitamos lo conseguiremos luchando.
 
Los trabajadores los apoyaran, pero debe quedar claro que a dos periodos de gobierno del FMLN, los trabajadores se están cansando. De ahí la urgencia de aplicar un programa socialista. 

 

 

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