Por una Asamblea General Democrática de todos los sectores contra la privatización del agua

La burguesía ha desatado la indignación de los trabajadores y estudiantes con su intento de privatizar el agua en el país. A pesar que las organizaciones tradicionales llevan 12 años luchando porque se apruebe una Ley General de Aguas que impida cualquier intento de uso indiscriminado por las empresas y en última instancia su privatización en detrimento de los intereses del pueblo trabajador y todos los oprimidos del país. Esta propuesta de ley discutida entre muchas organizaciones sociales, académicos e incluso sindicatos ha sido rechazada una y otra vez por parte de los diputados de la Asamblea Legislativa, por el contrario lo que sí ha pasado a discusión es la propuesta de la Ley Integral de Aguas propuesta por el exdiputado de ARENA, Johnny Wright Sol.

Según los diputados demagógicos de ARENA su propuesta no va sobre la vía de privatizar el agua, pero el artículo 14 de dicha ley dice lo siguiente: “La facultad y atribuciones de la Autoridad Hídrica, como la política general, la ejercerá y determinará una junta directiva formada por 5 miembros, 1 lo nombra el presidente, 2 directores los nombra COMURES y 2 directores los nombra ANEP”. COMURES es la gremial de alcaldías y está controlada por ARENA, la ANEP es la asociación de la empresa privada. Los diputados de ARENA argumentan que el agua no está siendo privatizada, sin embargo, el rector que tomara las decisiones fundamentales de cómo se administrara el líquido estará al servicio de entidades vinculadas a corporaciones de empresas privadas, y como las decisiones se toman por mayoría lógicamente podrán hacer lo que le beneficie a los empresarios por encima de los intereses de los explotados. Después de las movilizaciones y la combatividad del pueblo la ANEP ha cambiado su propuesta, y quiere incluir a 2 miembros más propuestos por el Ejecutivo, aun así, los empresarios seguirían teniendo la mayoría.

Estas intenciones privatizadoras y reaccionarias han despertado el ambiente de lucha sobre todo en la juventud estudiantil que se movilizó bajo el llamado de las autoridades de la Universidad de El Salvador para manifestarse en contra de la ley. La movilización fue realmente desafiante y había un ambiente combativo, los ánimos de lucha siguen vivos entre los estudiantes y hay programadas más actividades y más movilizaciones. El día sábado 16, la alianza de 56 organizaciones sociales, sindicatos, iglesias y estudiantes, movilizaron a centenares de personas en San Salvador. Fue muy característico que la marcha estuviera bastante nutrida de personas que nunca habían salido a movilizarse, sectores de la Iglesia, profesionales y estudiantes están despertando a la vida política en la actual coyuntura de lucha.

Lo que también parece muy interesante es que sectores como los sindicatos y otras organizaciones tradicionales que han estado movilizándose en los últimos años no estuvieran en la marcha. Después del acalorado debate que se dio en las redes sociales porque los que tuvieron la iniciativa no se identificaron como organizadores, no dudaríamos que la ausencia de esos sectores también fue el resultado de la desconfianza y escepticismo de algunos dirigentes a que nuevos sectores estén entrando a la escena de la lucha, esto a pesar que la misma presión durante la semana obligo a los organizadores salir a la luz pública. En la reunión de coordinación un día antes, los organizadores también pidieron tajantemente que la marcha no debía servir para el beneficio de ningún partido político. Lo cual muestra un rechazo a la forma tradicional de hacer política partidaria.

La reacción de las masas

Las movilizaciones reflejan el ambiente de rabia que hay en la sociedad, hay una acumulación de descontento que ahora se está expresando en movilización y lucha. Como lo hemos dicho en anteriores ocasiones, el escepticismo de las masas a las elecciones pasadas, no es la expresión de que las masas han perdido la voluntad de luchar, sino la expresión de la banca rota de los líderes tradicionales del movimiento que no han sabido cómo desarrollar y canalizar el descontento de las masas contra el Estado burgués con un programa amplio de reivindicaciones revolucionarias. En más de 10 años de lucha por una ley que beneficie a los explotados, los diputados del FMLN nunca hicieron uso de las fuerzas de las masas en las calles, ni contra la privatización del agua, ni por la nacionalización de las pensiones, ni por volver a nacionalizar las empresas del Estado que fueron privatizadas.

Predicaron la confianza en las instituciones de nuestros enemigos, las instituciones del Estado burgués, llamaban a la correlación de fuerzas en el parlamento pero divorciados de los métodos tradicionales de las masas en las calles. Desde el parlamento con todos los diputados que el pueblo les dio no se logro nada significativo. Ahora las masas están a punto de echar atrás la ley privatizadora y han puesto en jaque a los políticos que defienden los intereses de la burguesía, que han salido a dar declaraciones confusas para engañar a la gente. Esto es la muestra que los revolucionarios vamos a los parlamentos de la democracia burguesa, no a dialogar amablemente con los representantes de la burguesía, sino a denunciar y a desenmascarar los vínculos de estos con la clase dominante y a utilizar el parlamento como una tribuna de agitación revolucionaria demostrando que desde ahí no se cambia nada, que lo único que puede cambiar las condiciones de vida de los explotados es la lucha constante contra sus amos y la organización constante en la lucha por sus reivindicaciones. Sin embargo, esto fue un libro cerrado para los dirigentes del FMLN que hoy apenas y empiezan a desempolvar los métodos olvidados a conveniencia, hoy cuando su credibilidad esta por los suelos y las masas no se identifican con ellos.

Los trabajadores y estudiantes debemos tener claro que el poder de la Asamblea Legislativa representa el poder formal del Estado burgués, pero a este poder formal debe oponérsele el poder real de las masas organizándose en las calles y luchando en contra de cualquier ataque contra los oprimidos. La única forma de que la derecha imponga su agenda privatizadora es desatando la represión contra el movimiento, para evitar esto el movimiento debe dotarse de una dirección democrática y revolucionaria, arrastrando tras de sí todas las capas de la sociedad que viven en la opresión del capitalismo.

¿Cómo puede vencer el movimiento?

La movilización y el sacrificio de las masas no vencerán por sí mismos a la ley privatizadora de la derecha, el movimiento debe extender la lucha y la explicación de la necesidad de luchar contra la ley reaccionaria a todos los barrios, comunidades, colonias y cantones, denunciando los intereses de la clase dominante para controlar y hacer negocio del agua. Hay un despertar en la conciencia de las personas y se debe aprovechar al máximo, la clave está en la agitación de las ideas y de nuestras propuestas. La dirección espontanea actual debe luchar porque en cada comunidad, barrio, colonia, centro de estudio y sindicatos desarrollen Asambleas populares para que cada sector pueda discutir el plan de acción, las propuestas de como solventar el problema y sacar delegados para establecer niveles de dirección a través de elecciones democrática y preparar el asedio contra las medidas de los diputados de la derecha. Además el desarrollo de una Asamblea Nacional puede ser el punto de partida de un poder popular que rivalice al poder del Estado burgués.

La forma en como se ha desarrollado el movimiento es la más correcta, rescatando el método tradicional de los trabajadores y trabajadoras en la historia, un plan más desarrollado que incluya no solo las reivindicaciones por el agua, sino también otros problemas que aquejan a los explotados, como la delincuencia, el desempleo, el sistema de educación y de salud decadente entre otros, debe ser la base sobre la cual se levanta una coordinación nacional representativa.  La lucha contra la privatización solo es un síntoma de un problema más profundo: la decadencia de un sistema de explotación capitalista que impide el desarrollo de una vida digna para los explotados. Debemos conectar todos los problemas de la sociedad y explicar que son la expresión de un solo problema que tiene que ver con el modo de producción capitalista y con la superestructura que se levanta sobre este (las leyes, las formas institucionales, entre otras), y que la única forma de acabar con esos problemas es posible solo a través de que los trabajadores se organicen en todos los niveles y se armen de un programa revolucionario y anticapitalista que incluya las demandas más sentidas del pueblo.

  1. ¡No a la privatización y por el abandono de la economía de mercado!
  2. ¡Abajo los oligarcas y los nuevos ricos! ¡Por la renacionalización de las empresas privatizadas sin compensación!
  3. ¡Energía y agua administradas por las comunidades, los sindicatos y el Estado de carácter público y asequible para todos!
  4. ¡Educación y salud de calidad para todos de carácter público y asequible!
  5. ¡Reducción de la jornada laboral de 48 a 36 horas sin reducción de salarios para crear más puesto de trabajo de calidad!
  6. ¡No más pago de la deuda externa, cárcel y expropiación de las empresas de los burgueses evasores y elusores!
  7. ¡La nacionalización de los bancos, la renacionalización de todos los bienes privatizados y el control de los trabajadores sobre estas!
  8. ¡Nacionalización de la tierra y la industria bajo control de los trabajadores!

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