México: Presupuesto pobre, burguesía rica

Apenas han transcurrido algunas semanas desde la aprobación del Presupuesto de egresos e ingresos para éste 2016 pero parece que hubieran sido años enteros. La situación, ya de por si complicada, se ha trasformado en altamente preocupante para las finanzas del Estado, lo cual si bien no es necesariamente malo para la burguesía, como tal, si puede significar el preludio de una serie de ataques en contra de los intereses de los trabajadores. Ya conocemos lo que dicen nuestros “estrategas" burgueses: si la economía anda mal los trabajadores tienen que sacrificarse para lograr la recuperación, si la economía anda bien hay que sacrificarse para que no decaiga, si las finanzas del Estado están mal, hay que recortar, etc., todo con tal de no tocar las sacrosantas tasas de beneficio patronales.

Apenas han transcurrido algunas semanas desde la aprobación del Presupuesto de egresos e ingresos para éste 2016 pero parece que hubieran sido años enteros. La situación, ya de por si complicada, se ha trasformado en altamente preocupante para las finanzas del Estado, lo cual si bien no es necesariamente malo para la burguesía, como tal, si puede significar el preludio de una serie de ataques en contra de los intereses de los trabajadores. Ya conocemos lo que dicen nuestros “estrategas" burgueses: si la economía anda mal los trabajadores tienen que sacrificarse para lograr la recuperación, si la economía anda bien hay que sacrificarse para que no decaiga, si las finanzas del Estado están mal, hay que recortar, etc., todo con tal de no tocar las sacrosantas tasas de beneficio patronales.

 

Para comenzar tenemos que decir que en esencia se trata del mismo presupuesto que en el año 2015,  lo que tenemos es una reducción presupuestal derivada de la estimación de reducción de ingresos derivada del alza del dólar y la disminución drástica de los precios internacionales de petróleo.

 

El Congreso aprobó un presupuesto de 4.7 billones de pesos. Si tomamos en cuenta que el PIB corresponde a unos 28 billones de pesos tenemos que el presupuesto representa aproximadamente 17%. Resulta un poco paradójico que mientras el recorte presupuestal abarca a casi todos los sectores, la economía reportará un crecimiento. La razón es que el sector más dinámico de la economía, el exportador, vivirá un abaratamiento relativo de sus mercancías, por supuesto esto tiene sus aspectos negativos, un dólar más caro supondrá un incremento de precios en diversos productos alimenticios, dado que México es un importador neto de esas mercancías.

 

Tomando en cuenta que México vivió una inflación del 2.3 %, los recortes en términos reales por sector son:

 

Comunicaciones y transportes 8%

 

Agricultura 10%

 

Educación Pública 3%

 

Salud 4.4%

 

Desarrollo Social 6.8%

 

Hacienda 40%

 

El único ramo que tuvo un incremento presupuestal importante es el 23, el cual representa  141,563 millones de pesos,  dentro de los cuales se incluyen alrededor de 10 mil millones de pesos para uso exclusivo de los diputados (20 millones por cada uno) dinero que en medio de una situación tan difícil para la mayoría de los trabajadores suena como una auténtica burla.

 

Para cubrir estos gastos el gobierno suponía un precio del petróleo de 49 dólares por barril. En los momentos en que escribimos estos comentarios el precio del crudo era de menos de 25 dólares, además de ello se ha estimado que dichos precios se sostendrían al menos durante el presente año, por lo que a pesar de las coberturas viviremos en los meses siguientes nuevos recortes.

 

A ello hay que sumar el incremento del precio del dólar, el cual se estimó en el presupuesto en 16 pesos, en estas fechas ronda los 18 pesos y la estimación general es que tienda a subir, especialmente porque países como China han iniciado una serie de devaluaciones con el fin de hacer más baratos sus productos en el mercado internacional.

 

La reacción de los Estados Unidos será la de elevar las tasas de interés con el fin de atraerse más recursos, la consecuencia directa será el incremento en el costo de la deuda pública mexicana, que en estos momentos suma aproximadamente el 50% del PIB y el pago de sus intereses suman 370 mil millones de pesos, casi el 10% del presupuesto. Este factor obligará también a recortar, con el fin de mantener recursos para pagar la deuda.

 

Todo esto en el marco de un entorno francamente favorable para la burguesía exportadora, de hecho se acaba de anunciar una producción record de 3,7 millones de automóviles durante el año pasado, los cuales en su mayoría van a parar en el mercado mundial.

 

American Móvil obtuvo ganancias por 3500 millones, Femsa por 1300, Banorte por 1100, Grupo México por 1800, Inbursa por 1400, Televisa por 405 millones, Grupo Bimbo por 287, Liverpool por 583, Electra por 551, Carso por 427, Arca Continental por 489 millones. Tan sólo por mencionar a las empresas de origen mexicano.

 

La explicación es muy simple, en un escenario donde el derecho de huelga prácticamente es inexistente para el sector industrial, han aprovechado el colapso de los salarios, los cuales tan sólo sostienen incrementos similares a los de la inflación, en ese caso un 3 %.

 

Como sea, la crisis también les afectará, no obstante es indudable que junto con el gobierno tratarán de cargarla aún más a las espaldas de los trabajadores.

 

En este contexto es incorrecto señalar que la carestía de la vida o la reducción de derechos económicos o sociales se debe a que el gobierno hace mal las cosas, lo que sucede es que hace lo mejor que puede para sus verdaderos amos, es decir los burgueses como los de la lista que hemos señalado, los cuales por uno u otro subterfugio no pagarán impuestos este año o lo harán de manera menos que simbólica.

 

Votar el presupuesto federal es votar un mecanismo de succión más, para engrosar las cargas de los grandes burgueses que de una u otra forma en este sistema siempre salen ganando.

 

Solamente en el marco de un gobierno de los trabajadores será posible revertir la situación, de ahí la importancia de remarcar la lucha política, la cual es clave para que las cosas realmente cambien. No se trata de no luchar por mejores salarios o condiciones de vida, cosa importante, sino también por un gobierno distinto.

Mientas tanto debemos prepararnos para la lucha y defensa de nuestros intereses y luchar por crear una organización que auténticamente nos defienda al mismo tiempo que luche por el poder.

 

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