México: La juventud frente a las elecciones presidenciales

Ni empleo, ni trabajo, ni vida digna, el sistema ha dejado a millones de jóvenes a la deriva. Actualmente nos encontramos en un callejón sin salida, la crisis social, económica y política es el muro que en los últimos 30 años ha construido la burguesía y que las políticas del gobierno han reforzado para empujarnos y hundirnos en la barbarie.

Estamos creciendo bajo el velo de una violencia profunda, la falta de alternativas orilla a los jóvenes a un futuro incierto, quien consigue estudiar la universidad y terminar encuentra que en el mercado laboral no hay ofertas dignas si no una precarización laboral, outsorcing, y una completa eliminación de los derechos laborales que son un portazo en la cara para nuestras aspiraciones.

Estamos viviendo la época más cruda del capitalismo desde la década de los 80’s donde los tiempos de bonanza y desarrollo industrial se desvanecieron y poco a poco el Estado fue eliminando derechos sociales hasta su total destrucción, los derechos laborales, educativos, de salud pública con las reformas estructurales han desaparecido; la política de privatización y la dependencia sobre todo de la inversión extranjera estadounidense ha relegado aún más a los sectores pobres del campo, a los más desprotegidos en las ciudades y con bota en el cuello al pueblo nos tienen pagando la crisis mientras los grandes empresarios siguen enriqueciéndose a costa de sangre y sudor de los trabajadores.

La crisis nos golpea

De acuerdo con el Inegi, de los 2.1 millones de desempleados en el país en el primer trimestre del año, 41.5 del total son personas de 20 a 29 años de edad, que representan la cifra más elevada en 11 años. Indican que alrededor de 887 mil 282 personas de 20 a 29 años no contaban con un empleo en el primer trimestre del año, cifra que revela la más grande proporción de jóvenes desempleados al menos desde 2005, año en que inicia el registro de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

Los jóvenes desempleados la gran mayoría son egresados de universidades públicas y privadas, estudios revelaron que más del 43% de egresados no encuentra empleo, la tendencia al desempleo aumenta, la búsqueda de oportunidades de empleo nos lleva más de 1 año.

Durante el sexenio del PRI representado por Enrique Peña Nieto se logró desarrollar y echar andar las “reformas estructurales” con especial atención en el sector laboral, educativo y energético. Reformas que son la máxima apertura a la privatización de estos sectores donde el Estado ha dejado en manos de la inversión extranjera y nacional nuestros recursos naturales no para el desarrollo de un México más próspero sino para para el enriquecimiento de los bolsillos de los grandes empresarios y las empresas trasnacionales.

Ya hemos visto los resultados de estas mal llamadas reformas: en el sector laboral el EPN se ha jactado de ser el gobierno con más empleos creados pero lo que no dice es en qué condiciones esos millones de empleo se han generado, en el último trimestre del 2017 disminuyo el desempleo a su tasa más baja desde el 2015, pero lo hizo gracias al incremento de empleos muy mal pagados. Entre los trabajadores con condiciones críticas laborales están aquellos que trabajan más de 35 horas pero con salarios menores a 2 mil 650 pesos (1 salario mínimo), los que trabajan más de 48 horas pero ganan hasta 5 mil 301 pesos (2 salarios mínimos). Según datos de Citibanamex, el 36.4% de los 746 mil nuevos empleos provienen de plazas laborales con ingresos de hasta 7 mil 952 pesos mensuales (3 salarios mínimos), en detrimento de las 363 mil plazas que desaparecieron con salarios mayores a tres 3 mínimos.

La falta de oportunidades nos somete a los jóvenes a tener un futuro de pobreza y limitaciones extremas lo que lo que lleva a algunos a involucrarse en la delincuencia organizada y obtene dinero fácil que a comparación de los empleos que están al alcance de uno o dos salarios mínimos, a cambio de la vida misma. El Estado no solo ha condenado a la juventud a la miseria y falta de oportunidades los ha orillado a un futur incierto y después los culpa y criminaliza.

Más de 11 millones de jóvenes no tienen acceso a educación al nivel medio superior y superior, la cultura, el arte y la música son ámbitos y goces sólo de quien puede pagarlos. Nos han privado de todo, nos han llenado de miedo con la ola de feminicidios, en las universidades el ambiente de violencia ha tocado los pupitres.

No nos olvidamos de los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa que fueron desaparecidos por el narco estado en Iguala Guerrero, la supuesta guerra contra el narco que solo ha desplazado a miles de gentes de su territorio prácticamente es una guerra civil sin cuartel, el caso más reciente de los tres estudiantes de Jalisco que fueron levantados y varias semanas después fueron encontrados sin vida y disueltos en ácido una práctica distintiva del crimen organizado.

Los jóvenes hoy en día son criminalizados por su aspecto, por ejemplo el caso de Marco Antonio un chico de Preparatoria 5 de la UNAM que fue acusado injustamente de robo y levantado por la policía no se supo su paradero 5 días después lo que causó una organización inmediata de los estudiantes que pedían su presentación con vida, la no militarización del país y la no criminalización de la organización estudiantil, Marco Antonio apareció con signos de desnutrición, tortura y daño psicológico.

Se nos criminaliza y culpabiliza de las condiciones en las que los jóvenes nos estamos desarrollando, sin acceso a nada más que a la pobreza y la violencia pero aún tenemos sueños, esperanzas y deseos de un futuro digno. Nos han quitado todo hasta el miedo y es por eso que ahora ellos tiemblan al vernos en las calles luchando por lo nuestro.

Los jóvenes decimos ¡Fuera el PRIAN!

Durante todo el proceso electoral, sobre todo en las universidades, se desarrollaron simulacros electorales con dinámicas diversas, charlas y debates organizados por comités estudiantiles y organizaciones juveniles independientes quienes decidieron alzar la voz y hacer contrapeso a lo que los medios oficiales difundían. Un caso particular fue una encuesta realizada por el Reforma a mil 500 estudiantes de 15 universidades distintas en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara donde los resultados le daban una preferencia del 45% a Anaya resultados que no convencían ni a los más incrédulos lo que desato una respuesta masiva en redes con el hashtag “Soy universitario y no estoy con Anaya” o “Universitarios con AMLO” si bien en términos “estadísticos” se podría refutar que esta campaña en redes no representa nada, lo mismo se puede decir del sondeo que hizo El Reforma.

Lo que si representa esta actividad es el ambiente de repudio de los universitarios, jóvenes con aspiraciones que repudiamos al PRIAN por nuestro futuro incierto. En redes pudimos leer publicaciones como esta: “Nuestra generación no tienes derechos sociales o laborales. Nos han quitado la pensión, los contratos fijos y colectivos. No podemos aspirar a formar una familia con dignidad. No estamos contemplados en el proyecto que representa el PRI y el PAN”.

Las propuestas que AMLO ha presentado para los jóvenes como el acceso a la educación, becas, arte y cultura, proyectos de desarrollo de ciencia y tecnología donde seremos los principales actores son un plan que contempla nuestros deseos de tener un futuro digno, puede ser un punto de partida, pero también insuficiente.

De lo que tenemos ahora a lo que propone AMLO es un punto esperanzador sin embargo también somos el sector más crítico en cuanto al ¿cómo? cumplirá su programa. No cabe duda de que sobre todo los jóvenes votarán por AMLO este 1 de julio pues quieren sacar por todas las vías posibles a los partidos que ya no representan nada para los de a pie, ya no queremos al PRI militarizando las calles, llenando de terror a las mujeres y golpeando los bolsillos de los trabajadores, tampoco queremos al PAN, el PRIAN solo representa los intereses de los poderoso, salva guardan los bolsillos de los empresarios. El voto este 2018 representa hartazgo y a la vez esperanza.

Por un cambio, verdadero, radical y profundo

Terminar con la corrupción desde las cúpulas más altas del gobierno no es la solución real a la crisis social tampoco las cosas mejorarán intentar lavarle la cara al capitalismo, donde quepan “ricos y pobres”, porque los ricos son quienes tienen en sus manos todos los medios para seguir viviendo bien con sus excentricidades y despilfarros mientras el resto de las familias trabajadoras día con día viven con lo justo pues ya no alcanza para la canasta básica, ni para vestir menos para pagar la renta o pagar colegiaturas.

No hay capitalismo con rostro humano, la gente no vivirá tampoco de ilusiones, hay muchos problemas que resolver, no tenemos que esperar a que AMLO los resultados, pero un gobierno de MORENA puesto a prueba permitirá que la organización juvenil y popular avance donde la lucha se construirá a base de lo que queremos, cultura, arte, trabajo seguro, asistencia médica de calidad, educación pública y gratuita, etc. Esto será posible si construimos una organización independiente de trabajadores, estudiantes, mujeres y jóvenes, pues sólo nosotros podremos profundizar en el cambio, solo nosotros sabemos que necesitamos y solo nosotros podremos luchar para conseguirlo.

La juventud debe ser la chispa que encienda la llama de la nueva revolución contra el sistema y el régimen corrupto.

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