Las AFP y el desempleo: un presente laboral gris y una futura vejez negra

A partir de la privatización del sistema de pensiones en 1998, las AFP han especulado con el dinero que los trabajadores ahorran para su vejez. Su funcionamiento no beneficia en nada a los trabajadores, es más, hace que su dinero corra el riesgo de desaparecer en la bolsa de valores.

AFP: cotizantes y afiliados

En El Salvador, la mayoría de la población que tenía menos de 36 años en 1998 debió afiliarse a una AFP para cotizar el dinero de sus pensiones. Actualmente, es una obligación en un empleo formal, sobre todo, en los de las empresas privadas, afiliarse a una AFP para poder laborar con normalidad.

La Población Económicamente Activa (PEA) en el país es de 2,724,754 hombres y mujeres en edad de trabajar a partir de los 16 años . Expresados en porcentajes respecto a la PEA, los afiliados a las AFP son un 98.5 % hasta el 2016 .

No obstante, que la mayoría de la PEA esté afiliada a las AFP no significa que coticen, ni mucho menos que gocen de un empleo formal. Por ejemplo, para diciembre del 2013, el contraste entre los afiliados y los cotizantes a las AFP era abismal, de 2,496,615 afiliados, solamente cotizaban 656,666. Del 2013 a nuestros días, ha habido altos y bajos de los cotizantes a las AFP, pero en el 2017 hubo una depresión tremenda, respecto al 2016 los cotizantes solo aumentaron en 44 personas, y del total de afiliados a las AFP (más de 3 millones), 2.3 millones de personas no cotizan, no ahorran nada, solo están afiliados. Las mismas AFP reconocen, incluso, que la mayoría de estos cotizantes son trabajadores independientes y no empleados formales.

Situación actual del desempleo

En nuestro país, como en el resto del mundo existe una tendencia laboral respecto a los sectores de la economía. En uno de nuestros artículos del mes pasado, detallábamos que: “la tasa de desempleo ronda el rango de 5.0 y 7.0% (“La población desempleada asciende a 204,636 en 2016”), es decir entre el 5 y 7% de la Población Económicamente Activa (PEA) no cuenta con un empleo formal, y por consiguiente la creación del empleo formal en el país, se ha mantenido en un 1.0% desde el 2014”, y continuamos: “más del 60% de la PEA está en el empleo informal, y muchos trabajadores del 40% que si están empleados en el empleo formal no gozan de dicha seguridad laboral o es mínima y miserable. La tendencia es: empleo formal abajo, empleo informal arriba”. La propia ANEP explica que la creación de empleos formales en el país está por los suelos.

No hay empleo, y los pocos que hay son empleos informales que no cubren prestaciones sociales como el derecho a cotizar para obtener una pensión, y quienes cotizan son una mínima cantidad de la PEA, los cuales se arriesgan a tener pensiones de hambre, perder su dinero o “tener rentabilidad baja” en las AFP. Es una situación sin salida para la clase trabajadora, que exige empleos por igual para todos, con condiciones dignas y prestaciones sociales justas que le retribuyan todo lo que aportan para que la sociedad funcione como hasta ahora.

Por un presente laboral digno y un retiro justo

Como hemos visto, existe una conexión entre el desempleo y la baja cotización al sistema de pensiones. Necesitamos que se impulse desde el gobierno medidas revolucionarias para solventar esta crisis.

Debemos lucha por un programa de creación de empleos formales, que implique la reducción de la jornada laboral de quienes están empleados en extensas jornadas sin reducir sus salarios, junto a un cambio radical del sistema de pensiones, que este pase de manos de las AFP a manos del Estado y los trabajadores. Estas medidas garantizarían un bienestar laboral y un retiro justo para la clase trabajadora salvadoreña, que es quien mueve a la economía nacional, y no solo eso, también agilizaría la economía interna y externa del país y proporcionaría un crecimiento económico, tan necesario para sacarnos de la miseria actual.

Estamos conscientes que estas medidas implican luchar contra los empresarios y sus ganancias, exprimidas de los trabajadores. Animamos a toda la clase trabajadora a hacer suyas estas justas demandas y luchar porque sean una realidad.

 

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