Ayotzinapa, una chispa en pradera seca

Cuando la burguesía renuncia consciente y obstinadamente a resolver los problemas que se derivan de la crisis de la sociedad burguesa, cuando el proletariado no está aún presto para asumir esta tarea, son los estudiantes los que ocupan el proscenio. (…) Esta actividad revolucionaria o semi revolucionaria, significa que la sociedad burguesa atraviesa una crisis profunda…” (Trotsky, Escritos sobre España, 1930).

 El 26 de septiembre policías ministeriales, municipales de Iguala y destacamentos armados civiles  arremetieron a balazos contra estudiantes de la escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, los estudiantes venían de recolectar dinero para mantener la escuela y gastos de los estudiantes. El resultado de este brutal ataque ha  dado la vuelta al mundo, 6 muertos, tres de ellos estudiantes, y 43 desaparecidos.

 

Cuando la burguesía renuncia consciente y obstinadamente a resolver los problemas que se derivan de la crisis de la sociedad burguesa, cuando el proletariado no está aún presto para asumir esta tarea, son los estudiantes los que ocupan el proscenio. (…) Esta actividad revolucionaria o semi revolucionaria, significa que la sociedad burguesa atraviesa una crisis profunda…” (Trotsky, Escritos sobre España, 1930).

 El 26 de septiembre policías ministeriales, municipales de Iguala y destacamentos armados civiles  arremetieron a balazos contra estudiantes de la escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, los estudiantes venían de recolectar dinero para mantener la escuela y gastos de los estudiantes. El resultado de este brutal ataque ha  dado la vuelta al mundo, 6 muertos, tres de ellos estudiantes, y 43 desaparecidos.

 

 

Este acto criminal lo han cometido policías y grupos de narcotraficantes a órdenes del presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, al cual se le acusa de estar involucrado con el crimen organizado, particularmente con el grupo “Guerreros Unidos”. Suposiciones que se han manejado en los medios de comunicación acreditan a la esposa del presidente municipal la orden de desaparecer a los estudiantes, otros más dicen que fue el crimen organizado quien hizo todo, también existe la posibilidad de que estas desapariciones y asesinatos sean un ataque más contra la educación pública y las Normales Rurales del país.

 

Lo más probable es que se una mezcla de razones anteriores, los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa se han caracterizado históricamente por su combatividad y trabajo comunitario que tienen en la zona, su participación política siempre allegada a las comunidades más necesitadas. Al acercarse el informe de la dirigente del DIF local, esposa de Abarca, decidió dar una “lección” a los estudiantes y tanto los policías como los sicarios saciaron su miserable brutalidad asesinando y desapareciendo.

 

La responsabilidad es totalmente de las autoridades locales, estatales y federales. No se puede deslindar de responsabilidades a nadie. El gobierno de Guerrero, Ángel Aguirre, se trata de lavar las manos diciendo y justificando, que “hay zonas del Estado donde manda el narco”, dice que “se tiene que perseguir a los culpables”. Pero el punto es que Aguirre conocía de los nexos del presidente municipal de Iguala con el narco; un año antes Abarca había sido acusado de asesinato de 3 militantes del PRD y el gobernador lo encubrió porque era de la misma corriente, Nueva Izquierda (chuchos).

 

El presidente de la republica, por su parte, habla sínicamente del dolor de la tragedia,  de la rapidez con que exigirá la aparición de los culpables. Pero esto es el más depurado resultado de su estrategia general de lucha contra el narcotráfico. Una situación en donde la barbarie reina y existe un estado de descomposición social y política no puede esperarse que se respete la vida de los pobres y estudiantes.

 

Una pradera seca

 

Esta masacre y la desaparición de los 43 compañeros se dan en el momento justo cuando el movimiento de los estudiantes del IPN irrumpe de forma masiva en la ciudad de México. Las causas de esta movilización  parecen ser totalmente alejadas,  una mirada superficial dirá que las movilizaciones son por los cambios al reglamento interno del instituto y el nuevo plan de estudios que se implanto en algunas escuelas. Estos fueron los accidentes que desataron la movilización. Las causas son más profundas: una lucha por la defensa de  la educación  de calidad y fundamentalmente un malestar generalizado, una insatisfacción ante la inseguridad sobre el futuro de la juventud en todos los terrenos.

 

Los jóvenes en nuestro país, menores de 34 años, son el 70%  de la población. Este sector mayoritario es el más golpeado de la sociedad. En cuestiones económicas los jóvenes son los que tienen los peores salarios, hay más de 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, prácticamente no tienen acceso a la vivienda, etc. Por un lado hay una miseria extendida por todo el país -80 millones de pobres- y por otros los 21 grupos financieros y económicos sus activos suman 6 billones 282 mil millones de dólares (42% del PIB). Mientras que  ha disminuido el poder adquisitivo en los últimos 35 años a la fecha, un 77% las ganancias de las 46 instituciones financieras se multiplicaron en el 2013 en 24% con respecto a un año anterior.

 

Detrás del movimiento del IPN está todo esto y no manipuladores profesionales de Morena. Hay un profundo sentimiento de insatisfacción, particularmente entre los jóvenes y es un buen barómetro para medir las contradicciones que se acumulan en la sociedad. La lucha de los estudiantes del poli no es correspondiente a la magnitud de los ataques porque la tensión es mucho mayor que lo que pasa en las escuelas.

 

Las manifestaciones de apoyo en la UNAM y UAM

 

El chispaso de Ayotzinapa y lo del IPN inmediatamente ha prendido al estudiantado en otras universidades. Algunos CCH´s cerraron en apoyo al Politécnico. Cuando se supo la masacre de Iguala y los 43 normalistas desaparecidos, los estudiantes junto a organizaciones estudiantiles inmediatamente se han manifestado solidarios. En Xalapa la facultad de Humanidades también cerró el miércoles 26.

 

Esta situación se hubiera extendido días antes si es que la Asamblea General Politécnica hubiera hecho un llamado serio a sumarse a las movilizaciones y paros para luchar por el aumento del gasto del PIB a la educación –en el movimiento politécnico aun hay  serie de prejuicios que infundieron infiltrados priistas para evitar que la lucha se extendiera.

 

El viernes 10 de octubre hubo una reunión de activistas de la UNAM donde se acordó 2 jornadas de lucha por la aparición de los 43 normalistas. La resolución fue impulsar una jornada de paros de 48 horas en las escuelas impulsadas de por asambleas.  El 14 de octubre el paro ha sido todo un éxito, la jornada de paros se ha extendido a la facultad de Ciencias Políticas, Economía, Trabajo Social, Filosofía, 3 CCH´s; la UAM Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco; las escuelas periféricas de la UNAM como la FES Zaragosa, Acatlan y Aragón también están en paro. Esta es la primera jornada, la segunda jornada seguramente será un éxito.

 

Un solo enemigo, una sola lucha

 

El callejón sin salida en que se encuentra la sociedad mexicana ha sido causado por un sistema depredador que pone por encima las ganancias de un puñado que la miseria de la mayoría. La violencia, que es el tenor de fondo de las desapariciones y asesinatos no va pararla el gobierno con su nueva Gendarmería. Si hoy se solucionan algunas demandas del IPN, si apareciera alguno de los desaparecidos con vida, esto no cambiaría en nada todo el resto.

 

La situación entre la juventud es material inflamable para la lucha de clases. Los analistas de la burguesía, sus plumas, saben que si la pradera prende no va  ser sencillo apagar el incendio, por eso están tan atendibles con las demandas del IPN y por eso, en un momento, pueden proponer la salida de Aguirre en Guerrero. Pero tampoco esto puede resolver nada.

 

 

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