Argentina: En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo

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El conjunto de la burguesía, blandiendo la bandera de la libertad, ataca nuevamente al gobierno en la figura de Cristina Fernández, acusándola de “soberbia”, “personalismo extremo”, “agresivo desparpajo y pedantería”, en definitiva, “imponer su voluntad”. Para la burguesía, esta secuencia ininterrumpida de Néstor y Cristina de Kirchner en el gobierno marcan una línea política de “sometimiento” de la mayoría de la población a los designios de la “injusticia”. Es más, se preguntan “¿qué grado de omnipotencia es necesario para actuar del modo en que lo hicieron el matrimonio Kirchner y sus amigos?”

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El conjunto de la burguesía, blandiendo la bandera de la libertad, ataca nuevamente al gobierno en la figura de Cristina Fernández, acusándola de “soberbia”, “personalismo extremo”, “agresivo desparpajo y pedantería”, en definitiva, “imponer su voluntad”. Para la burguesía, esta secuencia ininterrumpida de Néstor y Cristina de Kirchner en el gobierno marcan una línea política de “sometimiento” de la mayoría de la población a los designios de la “injusticia”. Es más, se preguntan “¿qué grado de omnipotencia es necesario para actuar del modo en que lo hicieron el matrimonio Kirchner y sus amigos?”

 

La bandera de la libertad en manos de los opositores no va, ni puede ir más allá de una declamación vacía. Siendo la única verdad que el único poder de la oposición de derecha deviene del ruido mediático de tantos escritos, denuncias radiales y televisivas contra la hegemonía K, la corrupción K.

Se paran ante la opinión pública como los genuinos paladines de la democracia y la justicia, como los representantes de una mayoría que por cierto no cuentan. La desunión es lo que se ve y no pueden ofrecer un frente que tenga coherencia para batir al kirchnerismo por la vía electoral.

Blandiendo la bandera de la libertad de expresión, el coro de plumíferos a sueldo, inducen a la opinión pública, que la muerte del Fiscal Nisman tiene enormes ataduras con la gestión actual. No es casual que Timerman y la mismísima Cristina Fernández de Kirchner, sean señalados como responsables de la muerte del fiscal.

En estos días, algunos de los Fiscales de la Nación, con bombos y platillos, no dejan de asombrar por tanta hipocresía y convocan a una marcha para este 18 de febrero, para que se haga justicia; la misma que ellos niegan de manera reiterada y como parte de una partida que el Poder Judicial viene jugando desde hace tiempo. Convocan a marchar como parte de un plan de trabajo que tiene como objetivo central desgastar, lastimar y si fuera posible correr hoy mismo al gobierno nacional.

La reciente decisión del fiscal Gerardo Pollicita de dar curso a la ridícula denuncia presentada por el fallecido Alberto Nisman e imputar a la presidenta por encubrimiento a supuestos terroristas, muestra hasta que punto es capaz de ir la mafia judicial. Si bien la imputación no tendrá ningún valor jurídico, ya que carece de sustento alguno, la misma es utilizada mediáticamente para atacar.

La Santa Trinidad de capitalistas, sus medios de comunicación y sus políticos acólitos a sueldo, no cesan en establecer un frente de unidad sólo, para batir al “enemigo” del pueblo y que tanto daño ha producido a las instituciones. El enemigo del pueblo que ha limitado a los sectores más depredadores de la burguesía más parasitaria, y que se ha hecho eco de las demandas populares que tuvo como punto de inflexión la rebelión popular de 2001.

¡¡Hay que salvar a la República!! Vociferan tanto Elisa Carrio y Hermes Binner, Sergio Massa y Mauricio Macri, Cleto Cobos y José De La Sota, etc.; se llenan la boca de libertad de expresión y en el propio altar de la santa democracia intentan destituir a un gobierno que, guste a quien guste, viene siendo electo por el voto popular.

La crítica y discursos en manos de la oposición niega, en todo los planos, la posibilidad de apoyarse en las medidas más progresivas, sólo por el hecho de que emanan del oficialismo. Esos intereses hace que se jerarquice tan sólo el punto de que hay que arrasar con aquellos que intentan cierta independencia de la burguesía y el imperialismo. La obsecuencia llama a la puerta y los soldados de todo color se aprestan a combatir con lo que tengan a mano.

Beatriz Sarlo dijo “algo huele mal en Argentina…” haciendo alusión a la muerte del Fiscal Nisman. Huele mal y rancio el cuerpo tirado en las puertas de la Rosada. Huele mal y rancio la postura de todo el abanico que va desde la derecha a la izquierda sectaria, unos por encontrarse marginados de las palancas del Estado; otros por el oportunismo, impulsando que hay que darle al gobierno K a como dé lugar. No importa si nos encontramos con Massa o Macri, el Frente Único vale!! La ilusión de la llamada "izquierda" es que si cae el gobierno nacional y popular las masas verán el faro de las sectas.

La libertad es una gran palabra; ¡¡la libertad de crítica y de expresión son mejores!! pero bajo la bandera de la libertad de industria, en boca de la UIA y demás consortes, se han hecho las entregas más rapaces y bajo la bandera de la libertad de trabajo se ha expoliado a los trabajadores del país con la flexibilización laboral y la baja de salarios en la década del ‘90. Si fueran personas verdaderamente convencidas de haber impulsado la ciencia, el desarrollo industrial, no reclamarían libertad, harían lo que tienen que hacer y no hacen, desarrollar la industria pesada, pero la libertad que levantan es para tener las manos libres para explotar, las manos libres para la renta o la timba financiera ¡Viva la libertad de crítica! Estos señores recuerdan demasiado a la fábula del tonel vacío.*

Por su lado, el Gobierno conducido por CFK sigue el curso acostumbrado, llevando las soluciones de los problemas nacionales a la vía de la institucionalidad, la misma institucionalidad burguesa que intenta arrinconarla contra las sogas, hoy por el caso Nisman. A la compleja y utópica vuelta a un capitalismo “responsable”, al “círculo virtuoso” que pueda otorgar bienestar a las familias obreras, algo que por cierto se encuentra un tanto lejos de la realidad mundial y sus perspectivas.

Claro que no desconocemos los avances habidos, pero… ¿podemos pensarlos sin la lucha generosa, valiente de miles de jóvenes y trabajadores que salieron a decir basta en diciembre de 2001? ¿Podemos pensar que los avances habidos no se encuentran anclados en aquella gesta que tanta sangre derramó? ¿podemos olvidar la lucha contra las privatizadas de los ’90?

El Jefe de Gabinete reclama a la Justicia que se avance sobre las cuentas de argentinos que evaden impuestos y confiesa que “el gran problema endémico en la República Argentina es la fuga de capitales y la evasión de carácter fiscal e impositiva". Esta declaración de impotencia ante una clase que es incapaz de resolver los problemas de las mayorías populares del país, por lo menos, llama a la reflexión.

Desde el gobierno se le reclama a esa clase social que se muestra indiferente y abúlica ante la necesidad histórica de desarrollar la industria pesada en la Argentina, que fuga capitales con el sólo objetivo de ir por más ganancias sin generar un sólo puesto de trabajo y giran a sus casas matrices, lo más rápido y seguro, en función de resguardar sólo sus intereses.

¿Sólo con un Estado presente, que arbitre entre las clases antagónicas e irreconciliables se pueden resolver las contradicciones que emergen agudamente de una crisis secular mundial capitalista?

¿Sólo con un Estado que intenta desmantelar un aparato de inteligencia enquistado en la historia más negra del país, involucrado con golpes de Estado, persecuciones y con profundos lazos con lo más rancio de la burguesía nacional y el imperialismo? El caso Nisman es fiel testigo de lo que son capaces los empresarios por omisión, o por acción.

La debilidad llama a la violencia y lo que no se contesta en la calle, con miles y miles de personas, gana el desanimo.

Sólo el verticalismo extremo que estructura a las organizaciones políticas del campo popular explican la inacción de estas mismas. La negativa a organizar una multitudinaria movilización, cediéndole la iniciativa a la derecha golpista, muestra una grave carencia de dirección.

La presidenta declaró recientemente que en Argentina no queremos otro Spruille Braden. Es justamente este un perfecto ejemplo histórico que rebate los argumentos de quienes niegan dar batalla ante el embate de los destituyentes. Fue justamente la movilización popular de los trabajadores la que impidió que los planes del imperialismo personalizados en Braden se lleven adelante, al menos hasta 1955.

Desde la Corriente Socialista Militante creemos que es necesario que los militantes de base comiencen a presionar a los dirigentes de sus organizaciones para empujarlos a convocar una movilización contundente y masiva que frene a la derecha más rancia.

Pero no sólo se trata de frenar y mostrar los dientes afilados de los trabajadores y la juventud ante quienes quieren destruir lo ganado con tanta lucha. No somos ni ingenuos ni neutrales, desde nuestra Corriente sabemos dónde estar ante el embate al gobierno de la mano de tanta reacción abyecta.

Pero decimos a viva voz que no hay posibilidad de conciliación con aquellos que quieren empujarnos nuevamente al abismo, a la desesperanza, a la incertidumbre.

Los trabajadores en Grecia, España e Italia, responden ante los ataques de la reacción capitalista con lucha, movilización y organización.

Debemos organizar una tendencia de izquierda que bregue por el Socialismo. Organizar una tendencia de izquierda que discuta una política y un programa y que vaya uniendo a los mejores elementos dentro y fuera del movimiento kirchenerista por el Socialismo.

Aquellos compañeros que luchamos por profundizar el proceso político abierto en diciembre de 2001 debemos darnos espacios de debate y acción común. La actual coyuntura mundial nos muestra que el capitalismo, sumido en una fenomenal crisis orgánica en su fase histórica de declive terminal, no puede ofrecer más que contrarreformas. Por lo tanto, sólo una salida que proponga organizarnos sobre las banderas del Socialismo nos puede garantizar ir por más.

Necesitamos fortalecer una tendencia anticapitalista que levante las banderas de la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía, bajo control de los trabajadores, para poder impulsar todas las tareas que la burguesía se ha negado históricamente a cumplir.

La idea de planificar la economía en base a las necesidades de nuestro pueblo, y no para enriquecer a un pequeño puñado de golpistas, debe ser levantada sin titubear.

Tal como señalara el compañero Hugo Chavez: “el capitalismo, el modelo de desarrollo destructivo está acabando con la vida, amenaza con acabar definitivamente con la especie humana” y agregó: “Oigamos a Rosa Luxemburgo cuando dijo: Socialismo o barbarie.” (Copehagen, noviembre de 2009).

La Santísima Trinidad no descansa. Debemos derrotarla hasta que los que producimos el mundo podamos gobernar.

Esta es también la tarea en Argentina, es por eso que llamamos a todos los compañeros del campo popular a fortalecer estas ideas y transformarlas en accion politica, para derrotar a los golpistas e ir por más.

 

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